Tiempo de espiritualidad para unos y días de relax para otros, la Semana Santa, es la excusa perfecta para disfrutar de todos los dulces típicos de la Pascua : recetas populares, de gran arraigo y elaboración sencilla que llenan las pastelerías y los obradores de los monasterios: torrijas, pestiños, leche frita, buñuelos, bartolillos, arroz con leche, filloas, monas de pascua, artesanía del chocolate. A continuación os presentamos dos recetas clásicas: Torrijas de Leche y Torrijas de Vino.

TORRIJAS DE LECHE

INGREDIENTES: 100 gramos de azúcar; 1 rama de canela; 2 huevos; 250 mililitros de leche; 1 limón

canela en polvo y azúcar mezcladas en cantidades iguales; 250 mililitros de nata; 1 pan de torrijas o una barra de pan del día anterior; y 1/2 rama de vainilla

ELABORACIÓN: Ponemos a cocer la leche con la nata, el azúcar, la canela en rama, la cáscara del limón y la vainilla. Una vez cocida, sacamos la vainilla, la cortamos a la mitad, raspamos el interior y lo volvemos a introducir todo, dejándolo en infusión. Una vez frío, lo colamos y lo reservamos. Cortamos el pan en rodajas de dos centímetros y las remojamos con la mezcla de leche y nata, dejándolas que se empapen bien. Batimos los huevos y pasamos las torrijas por ellos, friéndolas a continuación en aceite de oliva, procurando dejarlas doradas por ambos lados. Las colocamos en una bandeja sobre papel absorbente.

Acabado del plato:

Una vez eliminado el exceso de aceite, las servimos en una bandeja, espolvoreando por encima la mezcla de azúcar y canela.

TORRIJAS DE VINO

INGREDIENTES: 16 rebanadas de pan de molde; una taza de miel; medio litro de vino; 4 huevos; agua y azúcar

ELABORACIÓN: Para comenzar a preparar estas torrijas de vino, es fundamental que tengas el pan de hace unos días, algo asentado. Córtalo en rebanadas gruesas, de un centímetro y medio, aproximadamente. Rebaja el vino con un poco de agua y azúcar para que no queden tan fuertes. Remoja las rebanadas de pan en el vino. Mientras tanto, bate los huevos y reboza las tajadas de pan con ellos.

Pon a calentar aceite en una sartén. Es fundamental que el aceite esté a una alta temperatura cuando vayas a freír las torrijas. Fríe las torrijas hasta que estén algo doradas por fuera. Retira del aceite y colócalas en una fuente con papel absorbente. Mientras tanto, calienta la miel con un poco de agua, haciendo una especie de almíbar que servirá para cubrir las torrijas ya fritas. Sólo te restará servirlas aún calientes.