Se acabó el 'show' televisado de Victori'a Secret. Les han cortado las alas. Uno de los espectáculos más promocionados (y más criticados) del universos de la moda no seguirá con su formato habitual, con música en directo y modelos desfilando con alas, según asegura la cadena CNBC, que ha tenido acceso a un comunicado de la empresa a sus trabajadores en el que se desvela la decisión.

Después de tanto derroche no le salen los números a la firma de lencería norteamericana. El año pasado tan solo 3,3 millones de espectadores siguieron el desfile, la más baja desde que el show se inauguró en 1995. Además, la firma nacida en 1977 y propiedad del grupo L Brand se enfrenta, con su ejército de modelos de medidas y cuerpos sujetos a unas medidas concretas, ya no parecen animar las ventas de bragas y sujetadores. Todo ello tiene que ver con el cambio sufrido en la sociedad y con fenómenos como el movimiento MeToo. El año pasado producir el desfile costó más de 10 millones de euros, una cifra muy por encima de otras pasarelas de todo el mundo.

Les Wexner, CEO de L Brands (la casa matriz de Victoria's Secret), ha asegurado que la televisión "ya no es el canal más adecuado" para este evento. "La intención es crear un nuevo estilo de show. La moda es un negocio de cambio. Debemos evolucionar y cambiar para crecer. Con esto en mente, hemos decidido repensar el tradicional desfile de Victoria's Secret. Este año y de aquí en adelante nos centraremos en el desarrollo de contenido emocionante y dinámico y en un nuevo tipo de evento, que se difundirá entre nuestros clientes en otras plataformas pegadas a la actualidad", asegura el comunicado difundido por la CNBC.

El último desfile se grabó el pasado 8 de noviembre y se emitió en la televisión estadounidense un mes después. La audiencia en Estados Unidos, el país organizador, fue de 3,3 millones de espectadores. El años fueron cinco millones de espectadores. En sus buenos años, era 10 millones de personas en todo el mundo los que seguían el desfile en directo.