La adicción a los videojuegos es una realidad que afecta a personas de diferentes edades, pero que se arraiga con fuerza la etapa final de la niñez y la adolescencia. No tiene un componente tóxico, como ocurriría con las drogas, pero sí lleva a la incontrolabilidad, con síntomas de elevada ansiedad, alteraciones del sueño o problemas con la alimentación.

Las personas que lo sufren pueden no darse cuenta de que están atravesando por tal adicción, por lo que no existirían herramientas de afrontamiento ni tampoco podría evitarse en las fases iniciales. Influye especialmente el grado de baja madurez que aún tiene un niño o un adolescente, lo que no les dejaría ver por ellos mismos los síntomas. Sin embargo, sí pueden verlos los padres, por lo que tendrían que saber qué síntomas presenta la adicción a los videojuegos y cómo pueden reconocerse en cualquier persona.

CAUSAS DE ADICCIÓN

Los videojuegos tienen efectos sobre cualquier persona que los use. No implica necesariamente una predisposición personal, sino una serie de causas que conducen a la persona que se expone a ellos a llegar a sufrir adicción en un momento determinado. Influirían también factores individuales que se relacionarían y que llevarían a dicha adicción.

¿Qué hace que los videojuegos puedan causar adicción en una persona?

Reforzamiento directo. El juego premia o castiga cada paso que sea realiza.

Reconocimiento. Tanto dentro del juego, con el ascenso de niveles, como en el entorno social, la persona obtiene un reconocimiento.

Meta. El juego ofrece metas prestablecidas y un camino definido para alcanzarlas. Esto genera una motivación que es reforzada con regularidad y que se sabe que sí pueden alcanzarse con poco esfuerzo los objetivos.

Máscaras. Supone un afrontamiento de una realidad que no existe, por lo que pueden vivirse los videojuegos desde casa, sin conectar con la esencia, que aún no está consolidada en la niñez.

Síntomas de adicción

El uso continuado de videojuegos, sumado a factores personales, hace que algunas personas lleguen a desarrollar una adicción. Es especialmente peligroso en la niñez y en la adolescencia, ya que no se cuenta con herramientas de afrontamiento ni de evitación. No logran ver el peligro que supone para ellos ni sabrían buscar, por lo tanto, ayuda.

Como padres, podemos identificar ciertos síntomas en nuestros hijos que nos ayuden a ver si es una simple actividad de disfrute o hay una adicción de por medio:

1. Alteraciones del estado de ánimo

Cando el niño se encuentra jugando, aparecen emociones en grado elevado, tanto las positivas, como la alegría, como las negativas, la frustración al perder. También se pueden ver emociones alteradas cuando no está jugando.

2. Discusiones

Están afectadas las relaciones personales, tanto dentro como fuera del núcleo familiar. Aparece baja empatía, poca inteligencia emocional y conflictos frecuentes.

3. Aislamiento

Prefiere quedarse jugando a realizar otro tipo de actividades con las que antes sí disfrutaban. Esto no se debe al típico aislamiento que puede aparecer en la adolescencia, sino que aquí aparece siempre enfocado a querer pasar más tiempo jugando.

4. Tolerancia

Mientras que antes eran suficiente 40 minutos para disfrutar, ahora necesita pasar varias horas. Además, la calidad de este tiempo se ve mermada.

5. Obligatoriedad

Sienten la necesidad de jugar, como una obligación, al igual que el terminar las misiones o alcanzar un cierto nivel de puntos. No pueden dejarlo a medias. Esto produce reacciones emocionales extremas.

Aunque puedan aparecer todos estos síntomas, es necesario evaluar el grado de deterioro de la vida del niño. Muchas veces, cuenta con factores psicológicos protectores que evitan la verdadera adicción y se debe a una etapa en la que tienen más tiempo libre y que suplen con los videojuegos. No obstante, es necesario permanecer atentos a cambios de humor o comportamiento que sean signos claros de adicción.