A la modelo brasileña Adriana Lima le preguntaron hace unas semanas, en el backstage del desfile de Victoria’s Secret, si se veía muchos años más con las alas puestas. «Mi plan es quedarme mientras mi cuerpo me lo permita, al menos hasta los 40, así que eso son cuatro años más, pero si puedo quedarme más tiempo, lo haré», declaraba entonces a la revista People esta belleza de Salvador de Bahía, la cuarta modelo mejor pagada del mundo, con 10,5 millones de dólares según la última lista de la revista Forbes.

Pues parece que la top se ha replanteado sus palabras y así, una de las reinas de Victoria’s Secret, firma lencera para la que lleva desfilando desde 1999, está pensado en pasar página y cerrar una etapa, a tenor de lo que ha escrito ella misma en su Instagram. «He decidido hacer este cambio…no volveré a quitarme la ropa por una causa vacía».

La modelo dice que recibió una oferta para participar en un video «sexi» y que, aunque su historial es largo, ya no se siente cómoda. «Una amiga me dijo que no se sentía a gusto con su cuerpo y eso me hizo pensar que todos los días de mi vida me levantaba pensando: «¿qué tal estoy hoy? ¿estaré aceptable para mi trabajo? Y en ese momento me di cuenta de que la mayoría de las mujeres se levantan todas la mañanas tratando de encajar en un estereotipo impuesto por la sociedad, las redes sociales o la propia industria y eso no es mentalmente sano», aseguró Lima en una entrevista reciente.

«Estoy cansada de las imposiciones, no deberíamos continuar viviendo en un mundo con valores superficiales. Es física y mentalmente insano cómo la sociedad nos impone cómo tenemos que ser, aparentar… Quiero cambiarlo, en nombre de mi abuela, de mi madre y de todas mis antecesoras que hayan estado presionadas e incomprendidas alguna vez», asegura en su mensaje.

No descubrimos nada nuevo si reconocemos que la industria de la moda ha presentado a lo largo de décadas un estereotipo de ideal de belleza femenino poco realista y saludable, del que tops como Adriana Lima forma parte, y que aunque se pretendan romper algunas barreras, salvo excepciones, en la práctica todo sigue igual. El desfile de Victoria’s Secret celebrado en Shanghái a finales de noviembre fue el último también para otra supermodelo brasileña, Alessandra Ambrosio, que anunciaba su marcha de la firma de lencería nada más bajar de la pasarela.