La exclusiva de la boda caribeña, en una pequeña iglesia de bambú de la isla de Mustique, entre Ana Boyer y Fernando Verdasco, y por la que ¡Hola! ha pagado muchos miles de euros, ya está en la calle. Y a lo largo de 44 páginas permite ver, por pasos, la ceremonia blindada a la que han asistido los miembros del clan Iglesias-Preysler-Falcó-Boyer y 63 invitados. Una boda con una gran ausencia, la de Enrique Iglesias. Y otra presencia destacada, la del nobel Mario Vargas Llosa, actual pareja de la matriarca, que podría ser la antesala de otra futura boda, la de la reina de corazones del papel cuché.

Aunque Tamara Falcó, la organizadora de la boda (y la primera que colgó una foto de los novios en Instagram), calificara a su llegada a Madrid de irrisorios los comentarios sobre la ausencia de Enrique Iglesias por la alergia a las exclusivas, en la entrevista que acompaña al reportaje, la recién casada, Ana Boyer, no desvela el motivo por el que su hermano y su novia, la tenista rusa Anna Kournikova, no acudieron al enlace pese a que residen en Miami y cuentan con su propio avión privado. «Mi hermano Enrique no ha podido venir, pero estuvimos con él en Miami unos días antes de la boda. Por supuesto que le echamos mucho de menos».

En la imagen de la foto de familia de la novia, Ana Boyer y Fernando Verdasco posan con Isabel Preysler y sus hijos Julio José (con su mujer Charisse), Chabeli (con Christian Altaba), sus nietos Sofía y Alejandro, y Tamara. En el grupo no aparece Mario Vargas Llosa. «Obviamente, Mario ha tenido un lugar importante en mi boda. Es la pareja de mi madre y estaba sentado a su lado. Tenemos muy buenas relaciones entre todos. No hay tensiones». explica la novia en la revista, para zanjar que haya problema alguno,

ALAS DE MURCIÉLAGO / Respecto al tan publicitado vestido de Pronovias de Ana Boyer, se trataba de un palabra de honor bordado en pailletes nácar y pedrería de cristal con aplicaciones de guipur con un velo que salía de las mangas a modo de alas de murciélago. Lanovia lucía una extrema delgadez en esta ocasión. Sus joyas, de corte romántico, eran de la firma Suárez. Las de Isabel Preysler, de Rabat, que por algo es imagen de esta marca.

Fernando Verdasco optó por el crema para su traje de novio y se encargó de que sus mejores amigos fueran también vestidos del mismo tono, todos ellos por Pedro del Hierro. Como parte de la exclusiva todos posaron con su vestimenta, entre ellos Feliciano López, uno de los mejores amigos de Fernando Verdasco. Por su parte, Tamara Falcó aprovechó la ocasión para lucir un diseño creado por ella misma. Sin duda, la mejor manera de publicitarse si se busca futuro en el mundo de la moda.