La conciencia social se ha despertado, la etiqueta #metoo/#yotambién se ha convertido en un movimiento global que va derribando muros de silencio alzados durante décadas y las denuncias de abuso y acoso sexual son la noticia del año, al menos según la encuesta anual que realiza la agencia AP entre editores y directores de medios de comunicación en Estados Unidos. Queda ahora por delante el siguiente paso: lograr cambios reales y prácticos. Y en Hollywood, el epicentro del terremoto desde que se revelaron las monstruosidades de Harvey Weinstein, se va a emprender ese camino con una nueva organización, la Comisión sobre acoso sexual y avance de la igualdad en el lugar de trabajo, para cuyo liderazgo se ha elegido a un auténtico icono: Anita Hill.

Ahora profesora en la Universidad de Brandeis, Hill era una joven abogada negra desconocida cuando testificó en 1991 en el Congreso en las sesiones de confirmación de Clarence Thomas, un juez conservador también negro nominado para el Tribunal Supremo, al que acusó de acoso sexual. Sentada frente a 14 senadores, todos hombres blancos, y con las cámaras retransmitiendo en directo, la graduada en Yale tuvo que soportar un brutal interrogatorio marcado por el escepticismo.

LA DISCULPA DE BIDEN

Joe Biden, que llegaría a ser vicepresidente con Barack Obama, presidió la comisión y ha reconocido recientemente que le debe “una disculpa” a Hill por cómo lo hizo. Y es que en las sesiones se atacó la credibilidad de la testigo, se puso en duda su carácter y se insinuó que tenía problemas psicológicos y estaba manipulada con intereses políticos, cuestionando como se hace con tanta frecuencia con víctimas de abuso y acoso por qué no había denunciado antes o por qué siguió en contacto con Thomas. En la revista conservadora ‘American Spectator’ incluso escribieron que era “un poco chifladilla y un poco golfilla”.

El testimonio de Hill, pese a las difamaciones, tuvo efecto. El año siguiente fue políticamente bautizado como “el año de la mujer” y en las elecciones llegaron al Congreso un número récord entonces de representantes y senadoras. Las denuncias por acoso sexual ante un organismo federal se doblaron en los cinco años siguientes a su comparecencia.

Su estatura como pionera y su trabajo en las décadas siguientes ayudan a dar credibilidad a la comisión que ahora se pone en marcha en Hollywood. El grupo nació de la idea de cuatro mujeres poderosas en esa industria: la productora y presidenta de Lucasfilm Kathleen Kennedy, la abogada Nina Shaw, la inversora Freada Kapor y la copresidenta de la Fundación Nike, Maria Eitel. Y ha sumado ya el respaldo de muchos pesos pesados. De momento ya han comprometido apoyo y aportaciones económicas directivos de Disney, Amazon, Netflix, Sony, Warner, CBS y los principales sindicatos y agencias de Hollywood. Casi todos son hombres.

MECANISMOS DE DENUNCIA

Para muchos conservadores, que nunca han dejado de ver a Hill como una ideóloga demócrata y la criticaron por no respaldar con contundencia a mujeres que denunciaron desmanes de Bill Clinton, su selección para liderar la comisión es otra maniobra de relaciones públicas del progresista Hollywood. Pero como hace 26 años, Hill prefiere no prestarles atención y centrarse en su misión. Aunque la comisión está aún en fase de organización, se mueve con un mapa que abarca desde estudiar la disparidad de poder y cuestiones de igualdad, justicia y seguridad hasta plantear directrices sobre cómo lidiar con el acoso sexual y crear en la industria mecanismos de denuncia educación y formación, investigación y recolección de datos. Y Hill está convencida de que puede funcionar. “Es hora de acabar la cultura de silencio”, ha declarado. “Este momento nos presenta una oportunidad sin precedentes de lograr un cambio real”.