Tras diez años de matrimonio, el pasado mes de julio, Armie Hammer anunció en Instagram que se divorciaba de su mujer Elizabeth Chambers.

Junto a una imagen en blanco y negro en la que aparece la pareja sonriente, al comienzo de su relación, el actor aseguraba que "13 años como mejores amigos, almas gemelas, pareja y padres. Ha sido un viaje increíble, pero ahora llega el momento de ser civilizados durante este difícil proceso para asegurar el bienestar de sus hijos Harper Grace y Ford Douglas, de 5 y 3 años respectivamente.

"Al entrar en este próximo capítulo, nuestros hijos y nuestra relación como padres y queridos amigos seguirá siendo nuestra prioridad. Entendemos que esta noticia se presta al diálogo público, pero en interés de nuestros hijos y nuestra familia, estamos pidiendo privacidad, compasión y amor durante este tiempo", termina el texto.

La publicación desconcertó a los seguidores de la pareja que había estado pasando la cuarentena en las Islas Caimán, y aunque no se mencionaron los motivos de su separación, unas capturas de mensajes entre el intérprete y una desconocida, podrían revelar que el motivo fue la infidelidad del artista.

A pesar de las buenas intenciones del protagonista 'call me by your name' e intentar llevar la ruptura de la mejor manera, parece que las cosas no están resultando tan sencillas como él se esperaba. Así lo ha reconocido el propio intérprete durante una entrevista con la edición estadounidense de 'GQ', en la que llega a reconocer que esta separación ha supuesto "un seísmo" en su vida.

"No creo que encuentres a nadie en el mundo que diga que lo que estoy pasando es algo fácil. No se trata de si fue idea tuya o no, o si crees que es la idea correcta o no. Una separación como esta siempre es un evento sísmico grave en la vida de alguien. Demasiados dolores y demasiados cambios que asumir", declara Hammer, de 34 años.

"Pero el cambio es una constante universal. Quiero decir, el cambio no siempre es algo malo. Pero eso no significa que sea indoloro. Elizabeth y yo somos dos adultos que han tomado esta decisión y la prioridad es cómo la llevamos a cabo para que afecte lo menos posible a nuestros hijos. La gran pregunta es cómo podemos ayudarlos a superar esto de una manera que mitigue tanta consternación, miedo y daño de su parte", afirma.