Pese a la indudable edad de oro que está disfrutando la televisióngracias a la gran calidad y el impacto mediático de las producciones que se están realizando, la gran fiesta de los premios de la pequeña pantalla, la gala de entrega de los Emmy, está de capa caída. La retransmisión televisiva de la ceremonia ha caído este año hasta los 11,3 millones de telespectadores de media, cifra que representa unas 600.000 personas menos que la emisión del año pasado. Es decir, es el dato más bajo registrado en los 68 años de historia de los más altos honores de la industria audiovisual estadounidense

La cadena ABC, televisión propiedad de la compañía Disney, fue la encargada de ofrecer en directo la gala desde el Microsoft Theater de Los Ángeles, una ceremonia de tres horas de duración que estuvo presentada por Jimmy Kimmel. Una de las posibles razones de esta caída en picado de la emisión fue que tuvo que competir en la misma franja horaria que el popular espacio deportivo 'Sunday Night Football', de la cadena NBC, que habitualmente es el programa de televisión líder de audiencia de toda la semana.

La gala del año pasado también salió perdiendo en su enfrentamiento con la jornada de la liga de fútbol americano (NFL), por lo que seguramente los directivos de la Academia de la Televisión de EEUU volverán a replantearse el día de emisión de la ceremonia,algo que ya pasó en el 2014, cuando se adelantó a finales de agosto.

Así, los Emmy del 2016 pasarán a la historia por dos datos contrapuestos: la cruz es el naufragio televisivo, y la cara el haber sido la edición en la que 'Juego de tronos' se ha consagrado como la serie más galardonada de la historia de los premios, con 38 estatuillas... Un récord que vio en directo otro récord -negativo- de espectadores.