"La vida es tan penosamente corta... por el amor de Dios, dedícate a las cosas que te hagan feliz. Esto no es un ensayo general, es tu vida!". Quizá sea fácil hablar así para alguien que se puede permitir el lujo de no tener hipotecas, pero también es verdad que no abundan espíritus tan libérrimos en la galaxia millonaria de Hollywood como el de Bill Murray. William James Murray (Evanston, Illinois, 21 de septiembre de 1950), el comediante que bajo la careta meramente cómica de sus inicios guardaba un actor completísimo, cumple este lunes 70 años. Siete décadas de un personaje que darían para mucho más que estos siete puntos.

1. Atrapado en el tiempo con Harold Ramis

'Atrapado en el tiempo' es la película que le dio fama universal en el año 1993. Una comedia romántica nada meliflua ("es uno de los mejores guiones de la historia y ni siquiera estuvo nominado al Oscar", se ha quejado alguna vez) convertida en un clásico, incluso del lenguaje popular (la expresión "el día de la marmota"). La dirigió Harold Ramis, amigo íntimo del que se distanció sin que jamás hayan trascendido los motivos. Se cuenta que, después de años sin hablarse, cuando Murray se enteró de que Ramis estaba muy enfermo se presentó en su casa un buen día a las siete de la mañana con una caja de donuts. Ya no dejaron de verse hasta la muerte del director, en el 2014.

2. "Nadie te va a creer"

En Bill Murray es muy difícil discernir entre la realidad y las habladurías. Entre sus anécdotas más extravagantes está la de robar comida a desconocidos. Se da por cierto que al menos en una ocasión cogió una patata frita del plato de un estupefacto comensal en un restaurante cuando pasaba a su lado mientras le decía "nadie te va a creer". Sí está documentado que en los años 80 huyó de la superfama para irse a estudiar filosofía a la Sorbona durante un año, que mide casi 1,90 y que es un excelente jugador de golf: hándicap 8.

3. La comedia y sus fantasmas

Su escapada a Europa (con su primera mujer, Mickey, y su recién nacido primogénito, Homer) se produjo después de los grandes éxitos de 'Tootsie' y 'Cazafantasmas' (ambos de 1982), a los que había que añadir el debut en 'Los incorregibles albóndigas' (1979) y 'El club de los chalados' (1980), comedias de brocha gorda que le dieron dinero pero lo estereotiparon durante muchos años. Como tantos cómicos, es un canterano de 'Saturday night live', donde empezó a ser conocido en los 70.

4. La amistad con Letterman

Uno de los datos biográficos más curiosos de Bill Murray es que ostenta el récord de apariciones como invitado en el programa de David Letterman: 44 veces en 33 años, entre 1982, cuando empezó el famoso 'late night' en la cadena NBC, y el 2015, cuando se despidió en la CBS. De hecho, Murray fue el primer invitado y también el último de su gran compadre Letterman, cuyo 'show' siempre se animaba con él. Los dos tienen el premio Mark Twain, un gran honor para los humoristas. "Una sonrisa creíble, sentido común y whisky", recita Murray como particular fórmula de su éxito.

5. Garfield y los Co(h)en

Como ya ha quedado claro que el término 'excéntrico' (véanse también sus atuendos) se queda cortísimo, se puede reforzar la idea con otro episodio de este hombre que ni siquiera tiene agente, ni representante. Le ofrecieron ser la voz del gato Garfield en la película homónima de dibujos animados, y contra pronóstico aceptó. "Ni siquiera leí el guion, pero vi que era de esos tíos, me gustaban mucho sus películas y dije 'adelante!". "Esos tíos" no eran los hermanos Ethan y Joel Coen, como pensaba él, sino Joel Cohen, un cineasta neoyorquino con hache incorporada. El contrato estaba firmado y el confundido Bill cumplió. Tan mal no le fue, porque dos años después repitió en 'Garfield 2'.

6. Mujeres, hijos, alcohol

Bill Murray tiene seis hijos, todos varones, con dos mujeres. La primera, Mickey Kelly, le dio a Homer y Luke, nacido durante la estancia en París. La segunda, Jennifer, a Caleb, Jackson, Cooper y Lincoln. Dice que a sus hijos les enseñó cómo funcionaba el sistema de impuestos comiéndose el 30% de sus helados. Con Jennifer acabó mal. Lo denunció por malos tratos y lo acusó de pasarse continuamente con el alcohol y la marihuana, cosa que el actor nunca ha negado. "Solo bebo dos veces al año. Cuando es mi cumpleaños y cuando no lo es", dijo en una ocasión. Sus ocurrencias se nutrían de miles de fuentes, una de las cuales era su madre. "Era una mujer tan graciosa que muchas veces grababa nuestras conversaciones telefónicas para sacar chistes de ahí".

7. Sofia Coppola y Wes Anderson

Además del Ramis de sus inicios, son los dos directores clave de su carrera. Ella le dio la pátina de actor 'serio' en 'Lost in translation' (2003), con la que ganó el Globo de Oro y obtuvo su única nominación al Oscar (se lo quitó Sean Penn con 'Mystic River'). La directora ha dicho que en su cabeza la película solo tenía sentido si la interpretaba Murray, y que sin él no la habría hecho. Convencerlo le costó decenas de mensajes en su contestador. Diecisiete años después vuelven a trabajar juntos en 'On the rocks', que Apple TV estrenará en otoño. Con Wes Anderson son uña y carne: Murray ha trabajado en absolutamente todas las películas del director de Houston desde 1998: 'The Royal Tenenbaums', 'Life aquatic', 'Viaje a Darjeeling', 'Gran Hotel Budapest'... De lo que se deduce que Bill Murray quizá sea uno de los bichos más raros de Hollywood, pero crea adicción.

PD: atracón televisivo para fans

Para celebrar los 70 años del extraño astro de Illinois, el canal TCM ofrece este lunes un atracón: 'Lost in Translation' (a las 17.24 horas), el documental 'Bill Murray: consejos para la vida' (19.02), 'Tootsie' (20.11), 'Cazafantasmas' (22.03) y 'Flores rotas' (23.45).