No hay modelo brasileña más preciada que Gisele Bündchen, de hecho ha sido la top mejor pagada del mundo durante 14 años seguidos y es una bandera de su país. Sin embargo, para el nuevo Gobierno ultraderechista de Jair Bolsonaro, la maniquí de 38 años es una «mala brasileña» por cuestionar su política de medioambiente, en palabras de la ministra Tereza Cristina Dias.

La polémica empezó cuando la titular de Agricultura ofreció esta semana el cargo de embajadora de medioambiente a la modelo: «Perdona, Gisele Bündchen, deberías ser nuestra embajadora y decir que estamos en la vanguardia de la conservación ambiental en vez de venir y criticar sin conocer el tema». Dias añadió que la también embajadora de Buena Voluntad para el medioambiente de la ONU no debería hablar de la deforestación porque quienes lo hacen son «malos brasileños».

La mujer del jugador de fútbol americano Tom Brady contestó contundentemente a Dias mediante un comunicado vía Twitter alegando que «los malos brasileños» son aquellos que se dedican a deforestar los bosques de Brasil que ha esquilmado sus selvas un 13% en el último año.

CAUSAS MEDIOAMBIENTALES / «Desde el 2006 he estado apoyando proyectos y participando en causas medioambientales», defendió Bündchen, cuyos abuelos fueron agricultores. «Me sorprendió ver mi nombre mencionado de forma negativa por defender el medioambiente», agregó la modelo, que considera que «la producción agropecuaria y la conservación ambiental deben ir juntas» porque «el desarrollo y prosperidad dependen de ese equilibrio». En su opinión, «Brasil tiene todo para liderar un movimiento en pro de un desarrollo más sostenible, capaz de cubrir las necesidades de la generación actual sin comprometer a las futuras generaciones». Me encantaría divulgar acciones positivas en este sentido», subrayó Bündchen, desafiando así a la ministra.

Finalmente, Dias contestó en un aparente intento de apaciguar las cosas. La ministra propone a la modelo «construir juntas una agenda contra la deforestación ilegal y el acaparamiento de la tierra». «Dije que eras la mejor y lo eres», concluye.

No es la primera vez que la ex de Leonardo DiCaprio planta cara al Gobierno de su país por temas medioambientales. De hecho, en el 2017 se enfrentó al entonces presidente de Brasil, Michel Temer, por sus medidas de recudir varias zonas protegidas y comunidades indígenas de la selva del Amazonas. La top escribió en Twitter: «¡La vergüenza! ¡Están subastando nuestra Amazonia! No podemos destruir nuestras áreas protegidas en favor de intereses privados».

Días después, la brasileña mencionó al presidente para quejarse sobre la reducción del Jamanxim, que perdería 600.000 hectáreas por medio de una medida propuesta por el Gobierno. «Michel Temer, veto las propuestas que amenazan a 600 hectáreas de área protegida en la Amazonia brasileña», protestó en cuatro tuits, dos en portugués y dos en inglés. La implicación de Bündchen y las oenegés fue clave para que Temer terminara anulando las medidas.