Ni en el Valle de los Caídos, ni en la cripta de La Almudena, ni en el cementerio del Pardo. El General Franco se encuentra vivo y coleando en los hipódromos de Sudáfrica. Se trata de un potro de carreras que tiene enloquecida a la afición del país austral e indignado al mundo de las carreras en España. Es un nombre que traerá cola si las autoridades de este deporte no intervienen.

La cuestión es sencilla. ¿Se imaginan un purasangre cuyo nombre fuera Adolf Hitler o Benito Mussolini? Pues eso es lo que ha hecho una cuadra sudafricana, propiedad de Nancy Hossak y Jack Mitchell, bautizando a su caballo con el nombre de General Franco tras haberlo comprado de bebé por 255.000 euros en las subastas inglesas. El animal ganó el miércoles en su debut en el hipódromo de Kenilworth, en Ciudad del Cabo.

NORMATIVA VULNERADA / La decisión de sus dueños de llamarlo como el dictador infringe la normativa de la IFHA, el organismo internacional de las carreras de caballos, que dice que no será aceptado un purasangre con un nombre «ofensivo para la religión, política y grupos étnicos», por lo que General Franco vulnera la normativa y no debería dejarse registrar en los pedigrís que controla la compañía inglesa Weatherbys, con un banco de miles de nombres de caballos autorizados para correr.

La fuerza de la hípica española quedaría en entredicho si no evita que este prometedor potro se convierta en una estrella y llene de titulares las páginas internacionales con el nombre de General Franco. «El Jockey Club Español debería presentar una queja a Weatherbys por permitir este nombre. Va contra las normas», afirma en Twitter Fabián Barreiro, exdirector técnico de las carreras de caballos españolas.

La popularidad de General Franco no se debe solo a su triunfo del miércoles, sino a su sangre azul: es hijo de Frankel, el mejor caballo de carreras de los últimos tiempos, invicto cuando corrió y valorado en 130 millones de euros. Sus descendientes se pagan a precio de oro y la cría a sus dueños les genera 16 millones al año. Cada cubrición de General Franco cuesta 138.000 euros.