El camello que supuestamente le vendió a la cantante Demi Lovato las pastillas que casi acaban con ella asegura que advirtió a la joven de que podían ser «más fuertes de lo normal» porque «no eran de farmacia». El hombre ha sido detenido por la policía varias veces y asegura que desconocía si las pastillas contenían fentanilo, el opiáceo mucho más fuerte que la heroína, el mismo que se llevó por delante a Prince.