La crisis del coronavirus ha sacado el lado más solidario de algunos de los rostros más conocidos del país. Es el caso de Lorenzo Caprile, que ya lleva varias semanas ayudando como voluntario de Cruz Roja en Madrid. El diseñador tiene claro que en estas situaciones las personas con más repercusión son las que tienen que dar ejemplo al resto de la ciudadanía y ayudar en medida de lo posible, aunque el también jurado televisivo en Maestros de la costura (TVE) le resta importancia a su gesto. «No hay que presumir tanto, se hace y ya está», afirma. Junto a su compañero Javier, Caprile ayuda en el reparto de paquetes de comida a familias necesitadas, organizado por la sede de Cruz Roja en Cuatro Caminos.

El popular miembro del jurado del reality reconoce cierto «egoísmo» en su voluntariado. «Cerrado el taller, al menos haces algo útil y no te vuelves loco», señala. Y, con su socarronería habitual, asegura que no se considera un héroe. «La gente de la Cruz Roja sí que son héroes, llevan en esto muchísimos años ayudando a muchísimas personas», enfatiza el diseñador sobre esa labor.

«AÑOS LUZ» / Caprile está convencido de que hay muchos personajes públicos con iniciativas solidarias, pero no puede dejar de lanzar una puya. «Me refiero a ciertos famosos que están en casa haciendo videollamadas y maquillados perfectamente, pero no bajan a la calle», comenta.

Y tampoco se libra de su crítica la gestión del Gobierno de coalición de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. «Veo que la ciudadanía está quedando muchísimo más a la altura que los que están tomando las decisiones, años luz. Los gobernantes tienen una ciudadanía que no se merecen», asevera. En la situación actual de crisis sanitaria, Caprile afirma que no tiene miedo a un posible contagio. «Nunca he sido hipocondríaco y no lo voy a ser ahora. Si me contagio, pues me contagié, qué le vamos a hacer», recalca sobre el temor al virus. Además, augura un futuro oscuro. «Recordaremos estas semanas de confinamiento como nuestras últimas vacaciones, el después va a ser realmente apocalíptico», avanza.

Como muchas otras empresas, el diseñador tuvo que cerrar su taller y aplicar un ERTE a sus trabajadores con la incertidumbre de no saber cuándo podrá volver a la actividad. «No sabemos cuándo volveremos a trabajar, ni en qué medida, ni en qué condiciones, ni qué nos encontraremos a nuestro regreso, nadie sabe nada», destaca. «El que diga algo concreto hoy es muy atrevido o muy ignorante, creo que nadie sabe absolutamente nada sobre el futuro», expone.

Lorenzo, que sigue viviendo en una habitación de hotel, asegura que ha tenido días de «auténtico bajón». Para esos momentos Caprile tira de teléfono y de amigos. «Aquí ves los que son buenos y los que no son tan buenos», evalúa. No solo eso, sino que el modista también acude a la familia. «Creo que es el apoyo principal que tenemos todos», juzga.

soledad no deseada / Aunque sostiene que le gusta la soledad, reconoce que la que ha sido estos días impuesta por el confinamiento no es la deseada y que está intentando aprender a no «dar tantas vueltas a las cosas».

Después de un mes como voluntario para Cruz Roja, el madrileño dice «haber perdido la noción del tiempo» y confiesa que cada jornada es «un poco el día de la marmota». «Tampoco sé muy bien en qué día estoy», zanja el diseñador sobre la situación que provoca la pandemia.