El chef suizo Benoît Violier, al que la Guía Michelin proclamó el pasado diciembre como el mejor chef del mundo, ha sido hallado muerto de un disparo este domingo en su residencia de Crissier (Suiza). Todo apunta que el cocinero, de 44 años, se habríasuicidado, según ha informado la policía.

"Según los primeros elementos de la investigación, se trataría de unsuicidio. El chef habría puesto fin a su vida con un arma de fuego", ha detallado la policía que, sin embargo, ha abierto una investigación para conocer las circunstancias de la muerte del prestigioso chef.

Violier regentaba el restaurante Hôtel de Ville de Crissier, cerca de la ciudad de Lausana, un local que tenía 3 estrellas Michelin y que hacía solo tres semanas había sido elegido mejor restaurante del mundo por 'La Liste'.

La noticia de su muerte ha provocado una gran conmoción en Suiza y ha sido recibida con estupor en su entorno más cercano, según el diario 'Le Temps'. Sus allegados reconocen que llevaba una vida estresante pero también de éxito, como lo demuestra que la semana pasada fuera galardonado con el Bocus de Oro en Suiza.

Violier tenía previsto asistir este lunes a la presentación de la Guía Michelín en París. Los dirigentes de la Guía Michelin han emitido un comunicado en el que se muestran "abatidos por su desaparición".

A la espera de lo que concluya la investigación policial, no es Violier el primer chef víctima del estrés o de la presión. El pasado abril, otro chef, Homaro Cantú, de 38 años, fue hallado muerto en un aparente suicidio en el local donde iba a abrir la cervecería The Crooked Fork, en Chicago. Cantú tenía una estrella Michelin por el restaurante Moto, también en Chicago. En el 2003, se suicidó el chefBernard Loiseau, angustiado por la posibilidad de perder sus tres estrellas Michelin. Esa muerte y el abandono de los fogones de los chefs Marc Veyrat y Olivier Roellinger abrió un debate sobre la presión que sufren los chefs de la alta cocina.