Dos estrellas Michelin no garantizan la estabilidad económica y personal. Esa es la enseñanza que se podría extraer de la historia de Sergi Arola, un reconocido chef que no parece pasar por sus mejores momentos, a la vista de las imágenes que se pueden ver de él en Instagram. En esas fotografías aparece envejecido y con un aspecto descuidado que hacen sospechar lo peor. El cierre de su restaurante en Madrid, en septiembre pasado -tras su divorcio profesional con su exmujer- y los problemas con Hacienda parecen estar pasando factura al cocinero catalán, que hace unos días tuvo que acudir a Urgencias por un ataque de ansiedad, según ha informado el programa de TVE Corazón.

Una situación extraña en alguien que pasa por ser el discípulo más brillante de Ferran Adrià y que ha llegado a gestionar a la vez 14 establecimientos culinarios. Pero lo cierto es que en el 2016 tuvo que clausurar el restaurante Arola Gastro que tenía en Madrid, acuciado por las deudas con Hacienda y por las deterioradas relaciones con su exmujer, Sara Fort, madre de sus dos hijas. Tres años atrás, el fisco le había precintado durante unas semanas su famoso negocio por una deuda de 148.000 euros con la Agencia Tributaria y de 160.000 con la Seguridad Social. El débito con bancos y proveedores se ha ido hinchando, hasta alcanzar los siete millones de euros, lo que ha situado a su empresa Fortarola Restauración en el punto de mira de la unidad antifraude de Hacienda. La actividad mercantil de Arola ha quedado reducida al restaurante LAB by Sergi Arola, en el lujoso Penha Logna Hotel de Sintra (Portugal), y a su labor como jurado de la versión chilena del televisivo Masterchef.

En el terreno sentimental tampoco le ha ido bien al chef catalán. Divorciado de Sara Fort en el 2012, inició tres años después una relación sentimental con la presentadora y modelo Silvia Fominaya que duró solo cuatro meses. Menos mal que la ruptura ser produjo de forma tan civilizada que el propio Arola ayudó a suexnovia a abrir su restaurante Por la Jeta en A Coruña. "Silvia es una mujer maravillosa, llena de virtudes, una madre excepcional y una amiga y pareja imbatible. Estoy profundamente enamorado de ella, en cada momento estoy y estaré donde ella me necesite", ha escrito el cocinero hace unos meses en Instagram.

Sensación de soledad

En esa red social es donde se ha hecho más patente la crisis económica y personal por la que atraviesa el célebre chef, que ha colgado mensajes preocupantes para sus más de 67.000 seguidores. El que llama más la atención es el que colgó el pasado 1 de enero para estrenar el año, con una foto suya viajando en tren hacia Ginebra: "Mismo vagón, mismo tren, misma hora solo que un año más tarde... exactamente las mismas sensaciones, la misma soledad!".