Ambiciosa y carismática, la socialdemócrata finlandesa Sanna Marin (Helsinki, 1985) ha tenido una carrera política fulgurante: en diciembre del año pasado fue nombrada la primera ministra más joven de la historia de Finlandia. Y pronto le ha llegado también la polémica, por un caso que va más allá de su gestión y que ha traspasado las fronteras de su país: un escote que muchas personas han considerado «inapropiado».

Tras apenas seis meses en el Ejecutivo de Helsinki, donde ocupaba la cartera de Transporte y Comunicaciones, la joven fue la primera en postularse para suceder en la jefatura del Gobierno al primer ministro Antti Rinne, también del Partido Socialdemócrata (SDP), que se vio forzado a dimitir en diciembre del 2019 para evitar que prosperase una moción de censura.

La milennial Marin, como se le conoce, que fue criada por una familia homoparental compuesta por su madre y la novia de esta, ha concedido esta semana una amplia entrevista a la revista finlandesa de moda Trendi, en cuya portada posa sonriente. Esta mandataria decidida y feminista, que ha aportado una bocanada de aire fresco a la democracia de Finlandia, relata en la publicación cómo ha vivido estos primeros meses al frente del Ejecutivo con una marcada agenda ecologista. Un año en el que, además, no quiso posponer el enlace y se ha casado con Markus Räikkönen, exfutbolista y padre de su hija Emma, de 2 años, y se ha convertido en una de las pocas dirigentes del mundo que mejor ha gestionado la crisis de la pandemia del covid.

Sin embargo, una de las imágenes que ilustra la entrevista ha generado controversia en el país nórdico por considerar que su escote es demasiado atrevido para alguien de su posición. La imagen, compartida en la cuenta de Instagram del semanario Trendi , recibió una lluvia de críticas e incluso algunos compañeros de su propia formación política reaccionaron negativamente ante el posado.

Mayka Sánchez, directora de la revista Woman Madame Figaro , reconoce a este diario: «Me parece tristísimo el hecho de que se juzgue más su atuendo que su excelente trabajo en la gestión del coronavirus. Y me apena que todo esto suceda por un posado en una revista femenina, porque siempre existe este prejuicio de menospreciar y dar por frívolo el hecho de que una política, alguien a quien se le supone seriedad, se preste a posar en una revista de moda. No debería ser así. En las publicaciones de moda también abordamos reportajes con información rigurosa y ofrecemos entrevistas en profundidad».

Sánchez recuerda casos más cercanos: «Tenemos que remontarnos al 2009, el momento en el que Carme Chacón acudió a una pascua militar con esmoquin y hubo quien dijo que «no procedía», porque se supone que las mujeres han de ir con vestido largo. También pasó con Letizia por llevar pantalones en un acto del Día de la Hispanidad.

«La chaqueta esmoquin está muy ligada a la mujer profesional, pero lo importante es que si los estilistas han decidido utilizar esa prenda y Sanna Marin se siente cómoda con ella, no veo el motivo de las críticas», zanja Mayka. H