Ganó a los hombres por primera vez, pulverizó el récord de la ultramaratón más dura de Reino Unido, y acaparó los titulares por sacarse leche para su bebé en las zonas de avituallamiento. Jasmin Paris se ha convertido en la mujer más resistente aventajando en 15 horas al segundo clasificado en la Montane Spine Race, la carrera más dura del territorio británico con 431 kilómetros de distancia a través de duras montañas. Empezó el 13 de enero y terminó el 16. «Fue una locura, participé en una carrera que juré que jamás iba a intentar», dijo nada más conseguir esta histórica victoria.

Con 35 años y 14 meses después de dar a luz, Jasmin Paris necesitaba un reto. Esta corredora, veterinaria y doctoranda en la Universidad de Edimburgo sentía que era un buen momento para demostrarse a sí misma que era capaz de volver a competir tras ser madre. En una publicación en su blog previa a este reto, reconocía que haber ganado el campeonato británico unos meses antes había sido toda una sorpresa por su condición física, pero ahora creía que era el momento ideal para hacer ver que ser madre no era un impedimento para ninguna atleta.

«Tuve la suerte de poder estar corriendo prácticamente hasta el día en el que nació el bebé», escribe en su blog. «Pero cuando volví a entrenar me di cuenta de que estaba fuera de forma». Con esa sensación, casi se enclaustró dos meses en un gimnasio. Entrenar era difícil teniendo en cuenta los horarios de lactancia, así que para encajar ambas cosas empezó a correr a las cinco de la mañana antes de irse al trabajo, cuando todos dormían. Sin embargo, no era suficiente. «Necesitaba un nuevo objetivo, así que hice una locura y me apunté a la Spine».

La Montane Spine Race transcurre entre montañas de Pennine Way, una ruta que incluye Peak District o Yorkshire Dales hasta el límite de Inglaterra en Escocia, en zonas donde pueden llegar a estar a -20ºC en terrenos de nieve, hielo y fuertes vientos. Una prueba que pone al límite a los participantes, quienes afrontan el cansancio y la oscuridad hasta tener alucinaciones en el tramo final. En su caso, con el añadido de tener que sacarse leche para su hija Rowan, quien en los días previos había tenido una infección y solo aceptaba la leche materna.

RÉCORD PULVERIZADO / Jasmin no solo logró su objetivo personal, sino que pulverizó el récord anterior bajándolo 12 horas. El inicio fue lento para ella, que se entretuvo más de lo esperado en el primer tramo para alimentar a su hija, tiempo que aprovechó el ultrafondista español Eugeni Roselló Solé para marcar una distancia que ella iba a recortar en los siguientes puntos con mejor estrategia para los descansos.

Acabó sacándole 16 kilómetros tras 13.000 metros de ascenso y dificultades meteorológicas. Mientras el catalán pedía la asistencia médica a cuatro kilómetros de la meta, ella paraba el tiempo en 83 horas, 12 minutos y 23 segundos. Había descansado solo siete horas en cuatro días, durmiendo apenas dos horas y media y organizando en su mente los tiempos para comer y sacarse leche.

La dureza de la prueba quedó de manifiesto cuando ella acabó. Pese a que había 136 competidores -de ellos, 125 hombres- de 15 países, 20 horas después de su hazaña solo dos de ellos habían cruzado la meta. «En el tramo final tienes alucinaciones. Veía animales saliendo de las rocas y se me olvidaba qué estaba haciendo. Cada poco tiempo tenía que preguntarme qué estaba haciendo ahí», explica. «La carrera no se detiene nunca, tienes que organizarte y pensar cuándo vas a dormir algo».

La retirada de Eugeni Rosselló dio la segunda plaza al irlandés Eoin Keith, que tardó 15 horas más que Jasmin. Antes de la propia carrera, la atleta, que reconocía que no empezó a correr hasta que terminó la Universidad, daba algunas de las claves: «No tengo tanta exigencia como creen, los entrenamientos son muy flexibles... y vivo sin televisión».