Tinney Davidson, de 88 años, ha protagonizado uno de los momentos más emotivos de las redes sociales. A las puertas de su casa se congregaron hasta 400 jóvenes para agradecer el cariño que habían recibido cada día de camino al instituto y despedirse de ella antes de irse a una residencia.

Llegó junto a su marido a Comox, Columbia Británica (Canadá) en 2007. Durante doce años, Tinney se ha ganado el respeto del vecindario con su amabilidad. Cada mañana, miraba por la ventana el goteo de estudiantes que acudían al instituto que se encuentra en su misma calle, y cada jornada iba levantando la mano uno a uno para desearles un buen día.

Todo comenzó con una prueba. "Me gusta ver a los niños ir al colegio. Pensé en levantar la mano, y si miraban desearles un buen día". Y así lo hizo uno tras otro durante los años que ha vivido en esa casa, según publica el medio canadiense CBC.

Para ellos también se convirtió en un acto rutinario más, una tradición ahora, que saben que echarán de menos al marcharse a una residencia tras la muerte de su marido.

Al conocer este final, los jóvenes no dudaron en devolverle todo el cariño recibido y acudieron a la puerta de su casa con pancartas. "Te queremos" y "gracias" eran las palabras más repetidas en los carteles de estos estudiantes.