Enrique y Meghan, duques de Sussex, han decido abandonar su papel como figuras de primer grado en la familia real. El matrimonio dividirá su tiempo entre el Reino Unido y Norteamérica. En la declaración hecha pública ayer por Buckingham se indica que los duques tienen intención de «labrarse progresivamente un nuevo papel dentro de la institución» monárquica. Pretenden «trabajar para convertirse en independientes financieramente, mientras continuamos apoyando por completo a su majestad la Reina».

Enrique, de 35 años, es sexto en la línea de sucesión al trono y no está claro si ese orden se verá alterado a partir de ahora. El inesperado anuncio se produce poco después de que la pareja finalizara seis semanas de retiro, de sus tareas oficiales y retornara al Reino Unido tras haber pasado las navidades en Canadá con su hijo Archie, de ocho meses. La idea ahora es alternar mundos y continentes diferentes. «Este equilibrio geográfico nos permitirá criar a nuestro hijo con la apreciación de la tradición real en la que ha nacido», según el comunicado.