La independencia tiene un precio. En el caso del príncipe Enrique y Meghan Markle será alto. Adiós al dinero público. Adiós a varios títulos y privilegios. Isabel II impone sus reglas a los duques de Sussex. La pareja había pedido «un periodo de transición» después de anunciar la renuncia a sus obligaciones como miembros de la familia real. La reina ha respondido con un corte drástico.

A partir de esta primavera se acabó el vivir de fondos públicos. Enrique perderá unos tres millones de euros al año que recibía del presupuesto del Estado, administrado por la reina. De la contribución pública para la casa real, que en el último ejercicio alcanzó los 95 millones de euros, se pagaron las reformas de Frogmore Cottage, la residencia en Windsor de los duques de Sussex. Las obras costaron 2,8 millones y provocaron una gran controversia. Enrique y Meghan van devolver ese dinero, aunque no se especificado cuándo. A pesar de la ruptura, la pareja seguirá recibiendo una cantidad no desvelada, «de apoyo financiero privado» por parte del príncipe Carlos.