En más de un siglo de historia Hollywood ha vivido incontables escándalos sexuales, terremotos cuyo epicentro solía ser un nombre propio y a los que no solían seguir réplicas. Hace cinco semanas, cuando ‘The New York Times’ desveló las primeras acusaciones de agresión y acoso sexual contra el productor Harvey Weinstein, pareció que comenzaba otro más. Este, no obstante, se ha demostrado desde el primer momento diferente. El movimiento sísmico no se ha detenido; al contrario, va ganando intensidad. Y mientras van cayendo por el propio peso de sus supuestos abusos figuras reconocidas delante y detrás de la pantalla, se están viendo sacudidos los cimientos de la industria.

Entre los efectos inmediatos se cuenta una sensación de caos. Y con cada nuevo nombre que van señalando las denuncias --de Kevin Spacey a Louis CK, de Brett Ratner a Bryan Singer, de Weinstein a Roy Price— no solo crecen las sombras (que han llevado a la fiscalía del condado de Los Ángeles a dedicar un equipo especial para investigar acusaciones) sino que han ido entrando en zozobra multitud de proyectos. Son producciones en las que trabajan cientos de personas y están en juego millones de dólares y que se han visto canceladas, dejadas en suspenso o alteradas.

'BORRANDO' A SPACEY

Cuando Ridley Scott, por ejemplo, decidió volver a grabar con Christopher Plummer las escenas de ‘Todo el dinero del mundo’ en que Spacey daba vida al millonario John Paul Getty, el estudio (Sony) emitió un comunicado explicando que “hay más de 800 otros actores, escritores, artistas, artesanos y equipo técnico que trabajaron incansable y éticamente en la película” y asegurando: “Sería una enorme injusticia castigar a todos ellos por las ofensas de un actor de reparto en la película”.

Spacey, a quien Netflix ha anunciado que expulsa de la quinta temporada de ‘House of Cards’, ha dejado en suspenso la producción de la siguiente. La plataforma, además, coloca en el limbo ‘Gore’, el biopic de Gore Vidal que protagoniza el actor y que, ya rodado, se encontraba en post-producción.

La fuerza que tenía Weinstein en Hollywood se demuestra en el impacto que ha tenido su caída. El actor Tatum O’Neal decidió abandonar su idea de debutar en la dirección de cine (con la adaptación de una novela sobre abusos a un adolescente), Apple TV canceló un proyecto de miniserie sobre Elvis Presley y se ha derrumbado también una serie de David O’Russell (que además se realizaba para los Amazon Studios, de cuyo liderazgo ha dimitido Price tras ser acusado de acoso). Docenas de proyectos para todo tipo de pantallas siguen adelante desvinculándose de él y el futuro de otros queda en entredicho.

También tras las acusaciones contra el director y productor Brett Ratner queda plagado de interrogantes el futuro tanto del biopic de Hugh Hefner, el fundador de Playboy, como la adaptación de la novela de Donna Tart ‘El jilguero’ que iba a producir para Warner.

LOUIS CK, TAMBIÉN 'DESAPARECE'

No hay prácticamente estudio, canal o plataforma que no se haya visto sacudido. HBO, de cuyos servicios on demand se retiraron desde el jueves todos los trabajos de Louis CK, ha cancelado la producción de ‘Game Change’, la película basada en los libros del periodista político Mark Halpering, acusado por 12 mujeres y con el que también han cortado lazos NBC y Showtime, además de la editorial Penguin Press.

Hollywood, según los periodistas que lo cubren desde dentro, vive dominado ahora por la ansiedad. “Hay muchos nervios, la gente no sabe cómo va a evolucionar esto. Todo el mundo se pregunta quién será el próximo”, ha declarado Sasha Stone, fundadora de la web AwardsDaily. Y Tim Gray, uno de los responsables de 'Variety', ha apuntado también al efecto en los Oscar. “Quién sabe qué vamos a descubrir sobre otra gente en la carrera”.

Se esperan cambios en los contenidos, desde profundos hasta en pequeños detalles (ya en un episodio de 'This is us' emitido se eliminó una escena donde había una referencia inocua a Spacey). Hay quienes claman por reforzar los departamentos de Recursos Humanos en empresas audiovisuales para poder facilitar las denuncias y cambiar la cultura de silencio que se ha impuesto durante décadas.

“Los artistas ponen un espejo frente al mundo y reflejan quiénes somos como sociedad, en qué nos hemos convertido y en que debemos convertirnos. Ahora ese espejo está frente a nuestra industria”, ha dicho Taylor Sheridan, el director de ‘Wind River’, un 'thriller' que puso sobre el tapete el problema de agresiones sexuales en las reservas de indios americanos y que él y su equipo han conseguido controlar tras desvincular la película de The Weinstein Co. “Esta purga sobre agresión y acoso sexual es necesaria. Esperemos que despierte a esta ciudad y que haga a la gente medir sus palabras y sus acciones”.