Tras hacerse públicas unas imágenes en las que Ángela Dobrowolski acudía, con un cojeo evidente, a un centro hospitalario para conseguir un justificante médico que aplazase su esperada visita a la Ciudad de la Justicia de Barcelona, donde se enfrenta a un juicio por intento de asesinato de su marido, Josep Maria Mainat, parece que se ha recuperado milagrosamente.

La alemana, que no deja de protagonizar surrealistas imágenes, fue pillada por los reporteros gráficos llegando a su domicilio de Barcelona en un patinete eléctrico, horas después de supuestamente no poder ni andar. Ni rastro de cojera ni de problemas de salud después de que el programa Sálvame mostrara una secuencia en la que se la podía ver entrando cojeando en un centro de salud con ropa deportiva.

Dobrowolski salió a comprar el pan como si nada, sin hacer declaraciones ante los numerosos medios apostados a las puertas de la casa del fundador de La Trinca y de la productora Gestmusic. Impasible, y con una peluca de color castaño en esta ocasión, evitó hablar con la prensa. H