Los programas televisivos llamados del corazón han recibido un duro varapalo del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo. Siete magistrados que han estudiado el caso, por unanimidad, han condenado a España por no proteger el derecho al respeto a la vida privada y familiar de la cantante mexicana Paulina Rubio, por los comentarios sobre su supuesta homosexualidad y su relación con Ricardo Bofill. La condena no implica indemnización a Paulina Rubio, al no haberlo solicitado la defensa de la interprete de 'Ni una sola palabra', que actualmente tiene 46 años.

Los hechos se remontan a la primavera del 2005, cuando el antiguo mánager de la cantante, F.B., así como varios colaboradores de los programas de televisión 'Dónde estás corazón', 'Aquí hay tomate' y 'Crónicas marcianas' se hicieron los comentarios "con tono irónico y burlesco" objeto de la sentencia. En esos programas se dio cuenta de "rumores" sobre la homosexualidad de Paulina Rubio, pero también de que incitaba a que su pareja consumiera drogas, de la "relación tormentosa" con Bofill, que incluía "malos tratos" y "humillaciones", o de su "convivencia con una lesbiana muy conocida".

COMENTARIOS INCONTROLADOS

El caso acabó ante la justicia española. Una sentencia del Juzgado de Primera Instancia nº1 de Madrid no dio la razón a la artista, al fallar que sus gustos sexuales "no pertenecían a la esfera de su vida privada desde mucho antes de la difusión de los tres programas". En ese fallo se señalaba que las alusiones sobre la vida sexual de la demandante "no constituyen un atentado al honor de la interesada, ya que la sexualidad de una persona no debe ser vista hoy como deshonrosa".

Ahora, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos remarca que el hecho de que la cantante se aproveche del foco de la prensa "no implica dar carta blanca a las cadenas de televisión" y hacer desaparecer "toda protección a la interesada contra los comentarios incontrolados sobre su vida privada". Añade que el juzgado de Madrid "no examinó" el necesario equilibrio entre los derechos a la vida privada de la demandante y a la libertad de expresión de los tertulianos, en cuanto a la cuestión de opinar abiertamente sobre la sexualidad de Paulina Rubio.

El Tribunal de Estrasburgo concluye que los periodistas deben tener "prudencia y precaución" en el tratamiento informativo, y los tribunales nacionales, sopesar lo que afecta a la vida privada y lo que supone un "interés legítimo para el público".

UNA RELACIÓN MEDIÁTICA

La relación entre Ricardo Boffil jr. y Paulina Rubio se inició en 1995, antes de que el arquitecto se separara de su exmujer, Chabeli Iglesias. En su momento se convirtió en una de las parejas más mediáticas del momento. Sus apariciones en revistas y medios de comunicación fueron constantes. En 1999 celebraron una boda nupcial en África para celebrar su amor, algo que nunca llegó a ocurrir en un altar. El arquitecto proyectó una casa para la pareja en Miami, pero en 2004 dieron por finalizada su relación. Poco tiempo después, Ricardo Boffil jr. confesaba su adicción a las drogas y, desde entonces, ha desaparecido del mundo mediático.