Hace un año que Alejandro Sanz y Raquel Perera anunciaron su ruptura tras 12 años juntos. La pareja aseguró que se trataba de una separación amistosa, incluso compartieron una imagen de ellos con sus hijos, Alma y Dylan, de 6 y 9 años. "Somos una familia y siempre lo seremos. Decidimos amarnos para siempre y así será. Lo eterno tiene la complejidad y la ventaja de transformar las maneras de amarse en otras direcciones, sin destruir el cariño, la lealtad y la responsabilidad conjunta sobre nuestros hijos", escribieron junto a la idílica imagen.

Sin embargo, desde entonces las cosas se han complicado para la pareja y han iniciado una amarga batalla judicial. Para empezar, el cantante presentó una demanda de divorcio en Pozuelo de Alarcón (Madrid) para sorpresa de su ex. De esta forma, el intérprete, de 51 años, rompió el acuerdo verbal al que habían llegado de acuerdo, tal como informa este miércoles 'Hola!'.

Y ha sido ahora cuando la madrileña, de 45 años, ha respondido a su demanda pero en los tribunales de Miami, que es donde quiere que se lleve el proceso.

El propósito es solicitar protección legal temporal para que el madrileño "no dilapide" su patrimonio antes de que se lleve a cabo el divorcio. Todo índica, que Perea teme que su exmarido malgaste su fortuna y no queden bienes para sus dos hijos. Además, reclama 40.000 euros al mes para la manutención de sus hijos, así como el reparto equitativo de los bienes que adquirieron durante los 10 años que estuvieron casados.

VOLCADA EN LA CARRERA DEL MÚSICA Y EN SU FAMILIA

Perea detalla que, durante su relación, ella se volcó en la carrera profesional del músico y en el cuidado de la familia. De hecho, en su demanda asegura haber tenido "una extraordinaria devoción, sacrificio y contribución al marido y a los hijos. Explica también que, desde que empezó su relación con el artista, apartó su vida personal para cobntribvuir en la economía familiar, criar a sus hijos y trabajar en las empresas del músico. Y añade que durante años ejerció como presidenta de Gazul Producciones, sin cobrar ningún tipo de remuneración.

En sus peticiones requiere que sus hijos sigan asistiendo a un colegio privado y mantener los seguros médicos y gastos dentales de los poequeños. Para ello solicita un pago retroactivo desde julio del 2019, ya que considera que su exmarido no ha pagado lo suficiente durante este tiempo. Asimismo, exige un seguro de vida del que sea la única beneficiaria, y solicita una pensión para ella, por su dedicación total a la familia. Además explica que, desde que se separaron, hace un año, Sanz solo ha visto a sus hijos en cinco ocasiones.

De momento, el juez de Miami ha tenido en cuenta la demanda de Perea y ha bloqueado inmediatamente las cuentas de Sanz en Estados Unidos. A excepción de una, para que Perea pueda pagar los gastos necesarios. Y es que, según Perea, el intérprete le había cancelado las tarjetas de crédito y no podía realizar pagos.