A Roger Federer le ha surgido un rival tan duro de roer como Rafa Nadal en tierra batida. Desde hace un tiempo, el tenista suizo se está construyendo una espectacular mansión a orillas del lago de Zúrich, en la pequeña la localidad de Rapperswill-Jona.

La vivienda está ubicada en una vasta extensión de terreno que le está ocasionando más de un disgusto. Al millonario coste inicial de la obra, el tenista ha tenido que pagar 18,5 millones de euros en labores de descontaminación del solar. Además, las organizaciones ecologistas de la zona han emprendido varias acciones legales sobre el proyecto inicial de la constructora por falta de documentación y en contra de la intención inicial del tenista de cerrar el camino público que bordea el lago a su paso por la finca y obligar así a los paseantes a bordearla, un conflicto habitual en muchas de las lujosas propiedades que rodean los lagos suizos y que va en contra de la legislación nacional, que dice que las aguas fluviales y los caminos de ribera de los lagos deben de ser de uso público en su totalidad.