Se ha adaptado muy rápidamente la novia de Cristiano Ronaldo a los usos y costumbres de la beautiful people en Italia. Hace mes y medio que la pareja se instaló en Turín y el miércoles, Georgina Rodríguez, consiguió su propósito de, con un par de posados, colarse en la crónica social nada menos que desde la alfombra roja de Venecia. Y eso que actriz no es, más allá de sus vídeos en Instagram. Y la etiqueta de modelo no es real. Así que hay que aplaudir la maniobra de la firma de ropa milanesa Twinset, uno de los patricinadores de la Mostra que es la que ha corrido con los gastos y ya tiene un vídeo con la joven oscense de 24 años, navegando por los canales, con el pelo recogido y saludando no se sabe bien a quién como si se tratara de la mísmísima Monica Bellucci.

Con esta movida publicitaria, Georgina prosigue su carrera ascendente como celebridad desde la controvertida llegada del jugador portugués a la Juventus tras dejar el Real Madrid. El desembarco de Rodríguez en el Lido de Venecia a bordo de una lancha recordó mucho a otros posados con famosos. Lucía un sencillo vestido en azul marino con manga asimétrica y una abertura que le causó algún problema saludando y lanzando besos al aire. Como hacen las estrellas, se reservó el modelazo para la velada, en que la joven que aspira a hacer carrera como modelo llevó un vestido negro de encaje de nuevo de la firma Twinset con escote palabra de honor, transparencias y una gran abertura que dejaba entrever sus sandalias. Se da la casualidad de que esta misma firma de ropa italiana también vistió a Irina Shayk, la ex de Ronaldo, en el Festival de Cannes este año.

La novia de Cristiano Ronaldo paseó en solitario por la alfombra roja con soltura junto a otras estrellas como Naomi Watts y Clemence Poesy y modelos como Sara Sampaio o Izabel Goulart.

Desde que ella y Ronaldo llegaron a Turín acaparan titulares más allá de la prensa deportiva. Las revistas incluso se ha hecho eco de las malas relaciones entre Georgina y su suegra, Dolores Aveiro. Sus imágenes en el Lago de Como o de compras por las tiendas de lujo han sido muy analizadas al detalle. En uno de esos posados ella vestía de Versace de arriba abajo. En otra Georgina vestía de Prada. El mensaje quedaba claro. Después de la etapa en el Real Madrid, tocaba vestir moda italiana, no en vano ella trabajó como dependienta de Gucci y de Prada en Madrid y él posó para Armani. Lejos queda aquella frase en una entrevista de ella en el XL Semanal: «Si no puedo llevar un Chanel, me compro un Zara. ¿Para qué alardear de algo que no te corresponde?»