Guillermo de Inglaterra, duque de Cambridge y nieto de la reina Isabel II, ha admitido que su vista deficiente le ayudó a superar la ansiedad que le producía tener que pronunciar importantes discursos, ya que veía borrosos los rostros de la audiencia. El hijo del príncipe Carlos y segundo en la línea de sucesión al trono británico, de 37 años, hizo esta confesión con motivo de un documental sobre la importancia de mantener la salud mental.

Al hablar acerca de una posible ansiedad por ser centro de la atención mediática, el príncipe Guillermo reveló que sí pasó por ello cuando tenía por delante discursos significativos. «Mi visión empezó a disminuir un poco a medida que me hacía mayor y no solía utilizar lentes de contacto cuando estaba trabajando, así que cuando pronunciaba discursos no podía ver los rostros de nadie», admitió el hijo de la fallecida Diana de Gales en un documental que emitió anoche la BBC. «Y eso ayuda porque son rostros borrosos y porque no puedes ver a nadie que te está mirando. Puedo ver lo suficiente para leer el papel y ese tipo de cosas, pero no podría ver toda la sala. Y eso realmente ayudó con mi ansiedad», agregó ante las cámaras.

desde la boda de harry / Además de la mala vista de Guillermo, el palacio de Kensington ha tenido que hacer frente últimamente a la publicación de un reportaje que no les ha gustado nada. La revista Tatler ha dedicado su número de verano a Kate Middleton con un extenso trabajo que titula Catherine the Great, Catalina la Grande, en una comparativa con la emperatriz rusa. El texto está firmado por la aclamada periodista Anna Pasternak, toda una experta en la Casa Real Británica. Lo que más destaca es el origen del enfrentamiento con Meghan Markle. Mucho se había hablado de la mala relación que podían tener ambas cuñadas. Aunque en un primer momento parecía que se llevaban a las mil maravillas, las aguas empezaron a enturbiarse desde el compromiso entre la actriz y el príncipe Harry se hizo real.

El motivo de la disputa fueron unas medias, algo tan insignificante que parece ilógico, pero que, como señala Anna Pasternak, marcó un antes y un después en su relación. El enfrentamiento fue en la boda de Meghan Markle y el príncipe Harry. La duquesa de Cambridge quería que las damitas de honor -una era su hija Carlota- llevasen medias debajo de sus vestidos porque así lo establecía el protocolo.

Meghan estaba en contra, pues consideraba que las pequeñas iban a pasar calor y a estar incómodas al celebrarse su boda el 19 de mayo. Finalmente ganó la novia y Kate se quedó compuesta y sin medias. Unas tiranteces que habrían ido a más, hasta que en enero los duques de Sussex anunciaron su salida de la Casa Real Británica. Esta decisión tampoco habría gustado nada a la esposa del príncipe Guillermo, que siente que esta situación les va a aumentar la carga de trabajo, una afirmación del reportaje que no ha agradado a los royals, como que compararan su delgadez con la de Diana de Gales, según apunta Vanitatis.

SILENCIO / En respuesta, la casa de los duques de Cambridge se ha apresurado a desmentir algunas informaciones y a asegurar que los datos que aporta la periodista no son del todo ciertos. Aun así, no dice nada de si el tema de las medias es cierto o no, un silencio administrativo que podría poner en la pista de que fue real.