Coincidiendo con el tercer aniversario de la muerte de la duquesa de Alba, sus hijos le rindieron el lunes un homenaje público con la inauguración de un mausoleo en su honor en la iglesia del Cristo de los Gitanos de Sevilla, donde reposan parte de sus restos mortales, ya que otra parte se encuentran en el panteón familiar de un monasterio en Loeches (Madrid). El acto, sin embargo, ha servido para escenificar el cisma que vive la familia de Cayetana. Al tributo solo acudieron el actual duque de Alba (Carlos Fitz-James Suart Martínez de Irujo) con su hijo Fernando; Cayetano con su actual novia, Bárbara Mirjan, y Fernando Martínez de Irujo, además del viudo de la duquesa, Alfonso Díez, destacando las ausencias de Jacobo, Alfonso y Eugenia. Tampoco asistieron los hijos de Cayetano ni su exmujer, Genoveva Casanova.

Según el portal vanitatis.com.ningún asistente esperaba la presencia de Jacobo. Fuentes cercanas a la familia aseguraron a este medio que «no había puesto un duro» para el monumento que venía a honrar la memoria de su madre. Este desinterés habría sentado muy mal al resto de sus hermanos.

En cuanto a Eugenia, al parecer llegaba a España de vuelta de los Grammy Latinos con el tiempo justo. No obstante su hermano Cayetano afirmó a la revista Hola! que Eugenia había dado el visto bueno a la escultura, realizada por Joaquín Navarro Arteaga. Quienes sí acudieron fueron los grandes amigos de la duquesa, como Carmen Tello junto a su marido Curro Romero.

Y si las ausencias fueron sonadas, también lo fueron las presencias inesperadas. Alfonso Díez, viudo de la duquesa de Alba, parecía distanciado de la familia de esta en los últimos tiempos. Sin embargo, no se quiso perder el gran homenaje. Díez no tuvo problema en hacerse fotos, escenificando un acercamiento familiar que pocos esperaban.

Carmen Tello, la gran amiga de la duquesa, fue una de las que más se emocionó al recordar su figura. Sin embargo, nada superó las lágrimas que vertió Cayetano, auténtico impulsor del mausoleo. Tal y como añade vanitatis.com, se habían abierto dos cuentas corrientes para recaudar gran parte de los 112.000 euros que costaba la obra artística.

En total, se recaudaron cerca de 90.000. El resto del dinero lo puso de su bolsillo el propio Cayetano Martínez de Irujo con el fin de que dicha obra pudiese inaugurarse coincidiendo con el aniversario del fallecimiento de su madre. Todos los hermanos del conde de Salvatierra estaban de acuerdo con la realización escultórica, excepto Jacobo.

La escultura se ha realizado junto con la Hermandad de los Gitanos, de la que la duquesa era muy devota. Por lo que ha contado también con la colaboración económica de miembros de la cofradía. En cuanto al monumento, de dos toneladas de mármol de Carrara, cuenta con el escudo de armas de los Alba y seis angelitos que representan los seis hijos.