David Thomas, un estadounidense de 36 años que nació con parálisis cerebral, ha podido cumplir su sueño de ir a la playa gracias a una silla de ruedas especial y a la generosidad de sus amigos. Thomas pudo sentir la arena entre los dedos de los pies y respirar aire salado del océano por primera vez el pasado domingo 22 de julio en una playa de Florida.

La playa, a 400 kilómetros

Thomas vive en el centro-norte de Alabama, donde la playa más cercana está a unos 400 kilómetros de distancia. Durante sus 36 años, solo ha salido de viaje una vez. Un día, un amigo de la infancia, Izas Fuller, subió una foto a Facebook de un día de pesca en la playa, donde Thomas comentó que ojalá hubiera podido ir con ellos. En ese momento, Fuller decidió que algún día le llevaría.

El viaje fue posible gracias a la amistad y al apoyo de la comunidad. Fuller decidió alquilar una silla de ruedas motorizada y especial para la arena de la playa y ha contado en la CNN que, tras comentar la idea, algunos de sus amigos de Facebook incluso colaboraron económicamente para cubrir el coste del alquiler, que eran 170 dólares (unos 146 euros) para dos días. Cuando la empresa de alquiler conoció la historia de Thomas, finalmente les dejó la silla durante cuatro días por el mismo precio.

"Nunca había visto algo así antes, porque nunca voy a ninguna parte, así que solo sentarme allí y verlo con mis propios ojos ha sido algo sorprendente", ha confesado Thomas. "He querido ir a la playa durante tantos años, he perdido la cuenta", ha admitido. Fuller ha contado que él y Thomas son "básicamente como hermanos" y que verle ver el océano por primera vez ha sido una experiencia emocional y poderosa. "Es realmente inspirador poder presenciar algo como esto", ha reconocido Fuller.