La alta cocina es una actividad costosa y muy estética, pero también resulta arriesgada para algunos. El marido de la actriz y escritora británica Tracy-Ann Oberman, Rob Gowan, ha acudido hace unos días junto a su mujer a un restaurante del reconocido chef vasco Martin Berasategui.

Sorprendido por la presentación de los platos en láminas de piedra o placas de madera, y ante la ínfima cantidad de comida que presentaban, Oberman ha colgado algunas instantáneas en su perfil de Twitter con la etiqueta #Wewantplates ("Queremos platos [de comida]"). "Esto es lo que pasa cuando aspiras a una, dos o tres estrellas Michelin", ha escrito sobre el restaurante de Berasategui, que en la actualidad tiene ocho de estos reconocimientos. "Honestamente, queremos platos [de comida]", ha aseguradola actriz en las redes.

Manjar téxtil

Según el Daily Mail, en un momento dado el marido de Oberman ha confundido una toallita húmeda con un plato de vanguardia típico de la alta cocina, por lo que no ha dudado en hincarle el diente. Ante esta situación, el personal del restaurante se ha quedado "horrorizado", según el rotativo británico, ya que la tela iba dirigida a que los comensales pudieran lavarse las manos entre plato y plato.

Una "deliciosa" comida, según Oberman, con una "pretenciosa" presentación.