Se apagan las luces y en mitad del escenario aparece, como un haz de luz, el holograma de Whitney Houston. No es humor negro. Ni un chiste. Es un concierto con músicos en directo pomposamente titulado An Envenig with Whitney (Una tarde con Whitney). Se estrenó hace una semana en Sheffield, la primera cita de una gira europea que no pasará por España y sobre la cual hay disparidad de opiniones. Solo en Reino Unido son 12 conciertos.

«En la obertura, con Higher love, el holograma de Whitney recorre el escenario con pequeños pasos de geisha, tocando ocasionalmente el micrófono. Incluso tiene un pañuelo imaginario para limpiar su sudor imaginario», explica Jennifer Ruby en su crónica en el Daily Mail. Y es que a pesar de la tecnología utilizada, el resultado dista de parecer natural: «Whitney aparece demasiado plastificada, muy delgada y agitando los brazos como si se comunicara en lenguaje de señas con unos patos invisibles. Al igual que Campanilla, desaparece y vuelve a aparecer momentos después con un traje diferente, algo así como si se regenerara en el transportador de Star Trek».

Las redes sociales también han emitido su veredicto y es tan agudo como el tono que alcanzaba la artista antes de perder la voz y el norte con las drogas. Cuando se presentó una actuación del holograma en el programa televisivo This Morning, las reacciones no se hicieron esperar. «No es correcto y no está bien. Deja a los fans confundidos». «El holograma es terrible y nunca podrá estar bien una mierda así. Es irrespetuoso. Tienen que dejar de hacerlo». «Una cosa son los tributos a artistas como Queen y otra esto». «No creo que sea ético. Lleva el significado de los derechos de imagen a un nivel completamente nuevo. Es algo vergonzoso».

El hermano de la cantante, Gary Houston, y la esposa de este, Pat Houston, están detrás de este montaje, que cuenta entre 30 y 65 libras (35 y 78 euros) y presenta éxitos remasterizados de la artista, como I have nothing, Higher love, How will I know, Greatest love of all, y el inolvidable I will always love you, y permite ver el holograma creado por la compañía Base acompañado de un grupo de bailarines y de una banda en directo, en la que, por cierto, también toca Gary Houston.

El espectáculo se hace en recintos pequeños, ya que según Pat Houston, administradora de la herencia de Whitney, la artista dijo en el 2011 que quería trabajar en giras con menos público. Al margen de polémicas, la cuñada afirma que con el espectáculo se honra su memoria. «Queremos llevar el talento artístico y la integridad del legado de Whitney a la estratosfera con todo lo que nos dejó».

Estrellas fallecidas / Base Hologram también ha llevado de gira por todo el mundo espectáculos con los hologramas de Roy Orbison y de Maria Callas. Precisamente, del 3 al 30 de marzo está anunciado el «concierto fantasma» de Maria Callas en el Gran Teatro Bankia Príncipe Pío de Madrid, con entradas a partir de 20 euros.

La idea de traer de vuelta a estrellas fallecidas vía holograma ganó popularidad tras la imagen tridimensional del rapero Tupac Shakur, que emocionó a la multitud en el Festival de Música y Arte de Coachella Valley en California, en el 2012.

Sobre este show, la cantante Ainhoa Arteta mostraba también sus reparos. «Me parece un horror. A mí desde luego no me verán en el patio de butacas. Prefiero seguir disfrutándola con sus grabaciones en casa», asegura la donostiarra.

Otro de los nombres que Base Hologram anunció que iba a ser revivido era el de la artista británica Amy Winehouse, fallecida el 23 de julio del 2011 en su casa de Londres por un colapso etílico. Su padre lo anunció y aseguró que una parte de los beneficios irían para su fundación, pero el show, que estaba previsto para el 2019, está pospuesto hasta nuevo aviso.