Isabel II centrará su mensaje navideño en el «camino de baches» que ha afrontado a lo largo de este año tanto el Reino Unido, con el Brexit de fondo, como la familia real, con el accidente de tráfico del duque de Edimburgo, así como la polémica que ha generado su segundo hijo, el Príncipe Andrés, duque de York.

La reina aparecerá sentada con un vestido azul y su inseparable collar de perlas, junto a una serie de marcos de fotografías en los que se puede ver al príncipe Carlos y su mujer, Camila; al príncipe Guillermo y su familia, su padre, Jorge V y su marido, el duque de Edimburgo. Sin embargo, llama la atención la ausencia de su hijo, el príncipe Andrés y de su nieto, el príncipe Enrique y su mujer, Meghan Markle.

Isabel II, en su mensaje, que será emitido por televisión y radio en la tarde de este miércoles, el día de Navidad, destacará también el compromiso de unidad, después de un año marcado por la crisis del país por su salida de la Unión Europea (UE).

A esto se suma las controversia de la familia real este año, a raíz de la polémica por la amistad entre el príncipe Andrés y el multimillonario estadounidense Jeffrey Epstein, acusado de tráfico y abuso sexual de menores.

El discurso,que fue grabado hace unas semanas en el castillo de Windsor, la monarca insistirá en que «los pequeños pasos pueden lograr grandes cambios» y que con «fe y esperanza» se pueden transformar «divisiones profundamente arraigadas» en «armonía y comprensión».

El pasado mes de octubre, en un documental del canal británico ITV, Enrique y Meghan Markle, hablaron abiertamente acerca de lo que supone ser parte de la familia real y de las repercusiones que esto conlleva.

Pero el acontecimiento que supuso un descalabro en la familia real fue la reciente entrevista que concedió el príncipe Andrés a la BBC para hablar de su amistad con Epstein, quien se suicidó este año en prisión mientras esperaba un juicio por presuntos delitos de tráfico sexual de menores.

En la entrevista, Andrés hizo una serie de declaraciones que han sido duramente criticadas por considerar que no mostraban ninguna empatía hacía las víctimas de Epstein.