Sin abrazos ni besamanos ni abdicación a la vista. La reina Isabel II cumplió ayer su 94 años en una situación excepcional a causa de la pandemia del coronavirus. Por no haber no hubo, como manda la tradición, salvas de honor por todo el país, ni en los edificios institucionales ondeó la Union Jack, la bandera que representa a Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte.

Aislada en el castillo de Windsor junto a su marido Felipe de Edimburgo, y donde grabó el mensaje alentador a la nación con su vestido verde esmeralda esperará un momento más alegre. Y es que la monarca más longeva del mundo celebra siempre por partida doble su aniversario. La segunda parte es la que los devotos de la corona esperan con mayor entusiasmo: la ceremonia del Trooping The Colour, a principios de junio, que congrega siempre a miles de personas en los alrededores del Palacio de Buckingham, con 1.400 soldados desfilando, más de 200 caballos y cerca de 400 músicos. Y con los miembros de la familia real en el balcón de palacio.