No es el mejor momento para Julián Contreras jr, el hijo de la fallecida Carmina Ordóñez, de 32 años, tras haber sido desahuciado por impago del alquiler. «Me siento en exclusión social. Llevo dos años en concurso de acreedores. Vivo con 160 euros al mes. Uno cree que esto solo le pasa a las familias desestructuradas, pero no es así. He pasado hambre, he vivido sin luz, sin agua, sin gas… Te dejan sin margen y te vas ahogando. Si me meten en [la cárcel de] Soto del Real, viviría mejor. Por lo menos tendría asegurada la comida», indica. Son declaraciones del joven, que se define como coach en su Instagram y en el libro que publicó la pasada primavera, al diario La Razón. A su situación, Contreras añade el drama personal que vive también su padre: «Se está quedando ciego. Tiene lesionada la visión periférica (…) Ahora tengo toda mi vida en tres maletas y mi padre, en cinco. Es lo único que hemos podido salvar después de que nos echaran de la casa. Contreras asegura que desde el desahucio han dormido cada día en casa de un amigo.