La misma semana que aparece en el Hola! en el posado familiar del bautizo de su hija, remunerado por supuesto, Kiko Rivera anuncia al mundo que sufre depresión. El pinchadiscos, de 34 años, zanja así las especulaciones sobre su estado de salud, unos rumores avivados tras la cancelación de su último concierto.

En un comunicado, el primogénito de Isabel Pantoja asegura: «Hoy es un día duro para mí. Por causa de una depresión y con el fin de evitar cualquier daño adicional, he decidido retirarme de los escenarios». Y para dar más énfasis a su mensaje, ha borrado todas las imágenes anteriores de su cuenta personal. Por lo visto, Rivera Pantoja ha abandonado el domicilio familiar en el que vive con su esposa Irene Rosales y sus dos hijas para refugiarse en la finca Cantora junto a su madre.

En el texto, el joven agradece el cariño recibido tanto por parte de sus compañeros de trabajo como de sus fans, con una especial mención a su mujer. «Gracias por aguantar mis malos humores y los horarios tan malos que a veces llevamos los artistas», escribe. Además, Rivera manda un mensaje a su familia para darles las gracias «por estar en los peores momentos como lo están ahora», si bien añade un enigmático: «Ellos saben quiénes son» que sin duda traerá cola en las próximas semanas. Por último, Rivera se despide con la esperanza de «reunir las fuerzas necesarias para volver». De momento, asegura, «es imposible».

El también cantante ha suspendido la que iba a ser el inicio de su gira de verano, con unos 17 bolos previstos. No es la primera vez tampoco que deja colgada una actuación. Recientemente, un juez le obligo a pagar a un empresario de Alicante 12.000 euros en concepto de daños y perjuicios por no acudir a una sesión contratada y anunciada en la discoteca Danzáa Klub. Sus honorarios son de unos 2.000 euros por sesión, de unas dos horas.

ATAQUES DE GOTA / La depresión de Kiko se suma a una larga lista de problemas de salud, derivados de antiguos malos hábitos. Sufre de gota, una afección que nunca ha ocultado y que se llegó a colar en el prime time televisivo durante su paso por el reality Supervivientes. Entonces abandonó la isla hondureña y el concurso por culpa de esta artritis, derivada de la acumulación de ácido úrico en el cuerpo.

Quizá por esa dolencia, y por su exceso de peso, Kiko Rivera se sometió a una operación para implantarse una banda gástrica y así adelgazar. «Comienza uno de los momentos más importantes de mi vida», comentaba entonces en Instagram. La operación tuvo lugar a finales del año pasado y él mismo ha ido dando cuenta del proceso y sus evidentes resultados. En el reciente bautizo de su hija Carlota, la segunda de su matrimonio con Irene Rosales, Kiko posaba trajeado, con gafas de sol y sonriente en familia. Kiko tiene otra hija, Ana, con su esposa Y además, es padre del pequeño Francisco, nacido de su relación con la modelo Jessica Bueno.