Madonna ha vuelto a derrumbarse sobre el escenario. Esta vez ha sido en Melbourne (Australia), durante un concierto que prometía ser muy especial porque hacia 23 años que no actuaba.

Bajo el nombre de ‘Tears of a clown’ (‘Las lágrimas de un payaso’), una diva compungida y transformada en un mimo, incluyó un repertorio de sus baladas más tristes.

Sin embargo, los fans han relatado en las redes sociales que el recital resultó especial, pero por motivos muy distintos. Al parecer la ‘reina del pop’ comenzó el concierto con cuatro horas de retraso y dejó al público esperando bajo la lluvia.

A pesar de que estrella aseguró que no estaba borracha, en plena actuación pidió un cosmopolitan (cóctel con vodka) que bebió mientras cantaba una pieza dedicada a su hijo, con una guitarra acústica al mismo tiempo que se proyectaban tiernas imágenes deRocco. Según relataron algunos asistentes, Madonna setambaleaba y hasta le costaba hablar.

"NO HAY AMOR MÁS FUERTE QUE EL DE UNA MADRE POR SU HIJO"

No es la primera vez que la diva derrama lágrimas sobre las tablas, ya que en el concierto celebrado en Auckland ( Nueva Zelanda), la intérprete lloró y se dirigió al sus fans diciendo: “No hay amor más fuerte que el de una madre por su hijo. Si hablo mucho de ello, lloraré”, sentenció.

Mientras la ‘ambición rubia’ no reprimía su tristeza por la ausencia deRocco, a casi 17.000 kilómetros de distancia el adolescente, acompañado por su padre y por la mujer de éste, Jacqui Ainsley,compareció ante un Tribunal Superior de Londres durante seis horas para narrar su postura sobre su custodia. El joven insistió que no quiere volver a Nueva York con su madre porque prefiere vivir con la familia de su padre, Guy Ritchie, en Inglaterra.

Madonna ha compartdo diversas imágenes de su última actuación de su gira en Melbourne.