No había tanta expectación en el mundo de los superhéroes desde 'Batman vs Superman'. El pasado martes, todas las miradas tuiteras se fijaban en el hashtag #mprraccoon. A través de él, miles de personas seguían las andanzas de un mapache que se había empeñado en subir el rascacielos St. Paul de Minnesota (Estados Unidos). Una divertida historia que empezó con admiración hacia su hazaña pero pronto se convirtió en angustia. ¿Por qué lo hace? ¿Hacia dónde se dirige? ¿Se puede caer?

Todo empezaba con esta voz de alerta. El pequeño llevaba dos días en la repisa de un edificio, sin comer ni beber. Parecía haber fallado en la misión de cazar en algún nido de pájaro. Ahora, tenía cara de buscar un rescate.

Pero nada más lejos de la realidad. La aventura comenzaba escapando por el tejado de un edificio pequeño, de dos plantas. Ahí ya apuntaba maneras, y su seguimiento comenzaba a convertirse en viral.

¿Cuál sería su objetivo? Ya lo sabemos todo sobre él, el Gran Hermano de los mapaches estaba activado. Varios miembros de seguridad del edificio le ofrecieron una tabla de madera por la que deslizarse para escapar de ahí. Pero él tenía otros planes: irse hacia el lateral del edificio y escalar 20 plantas.

Aquí está en la planta 13. Cara de decisión. No se va a volver con el rabo entre las piernas.

Con el paso de las horas la situación comenzaba a ser crítica. Parecía pedir auxilio con la mirada. Una mirada de "ábreme la ventana" que habría cumplido algún empleado de no ser por los edificios inteligentes y las ventanas que están siempre cerradas.

Eso sí, al drama también hay que ponerle una siesta. La siesta no se la quita nadie.

En ese rato de relax ya había captado la atención de medio planeta.

Incluso el director de 'Guardianes de la Galaxia' se ofrecía a pagar "1.000 pavos" a la causa benéfica que decidiera quien pusiera a salvo al animal.

Si has llegado con inquietud a este punto, calma. Si él no está nervioso, tú tampoco deberías. Un poco de aseo y otra siestecita:

Después de coger aliento y fuerzas, vuelta a su camino hacia el éxito. Otra vez en movimiento, otra vez todos en vilo.

Y así, horas y horas hasta llegar a su objetivo.

¡Lo logró! De madrugada, cuando creía que ya nadie le veía:

Por la mañana, los servicios de mantenimiento ponían al querido animal a salvo.

Un poco de comida para gatos, y a volver a la vida salvaje.