Felipe de Edimburgo, con 97 años bien cumplidos, fue formalmente amonestado la pasada semana por conducir sin el cinturón de seguridad puesto, cuando circulaba cerca de la residencia real de Sandringham. La cosa no habría desatado una ola de críticas de no ser porque, solo 48 horas antes, ya había sufrido un aparatoso accidente. El Land Rover Freelander que conducía colisionó contra un Kia en el que iban dos mujeres y un bebé de 9 meses. El Land Rover volcó y el otro vehículo también resultó considerablemente dañado. Testigos han contado que Felipe necesitó ayuda para salir del coche. Las dos mujeres acabaron en el hospital con heridas leves. La prueba de alcoholemia fue negativa. Lo prudente habría sido guardar discreto reposo, pero cuando aún no se habían retirado los cristales rotos de la carreta llegaba a Sandringham otro flamante 4x4, que el marido de Isabel II no tardó ni un minuto en estrenar sin el cinturón puesto. Una de las víctimas del choque, Emma Fairweather, lo acusó desde la cadena ITV de ser «un inconsciente».