Intentar salvar la boda de unos novios desesperados, subirse a bordo del restaurante de lujo de un barco, pisar por primera vez el restaurante de un cámping, acudir a un local prácticamente vacío, pese a estar situado en la zona más turística del centro de la capital… Estas son algunas de las peculiares (y desesperadas) situaciones que deberá afrontar Alberto Chicote en su quinta temporada de 'Pesadilla en la cocina', exitoso programa que este jueves, 22 de septiembre, vuelve a la programación de La Sexta, a partir de las 22.30 horas.

Basado en el formato británico 'Ramsay's Kitchen Nightmares', del chef Gordon Ramsay, 'Pesadilla en la cocina' es un 'reality' en el que Chicote intenta salvar, de manera más o menos drástica, restaurantes al borde del colapso. Y la colección que presenta esta nueva entrega no tiene desperdicio. O sí. Un ejemplo: el conocido cocinero madrileño se enfrentará a uno de los cocineros "más sucios" que ha conocido.

"Tenemos una temporada entre manos que creo que es la mejor de todas las que hemos emitido, porque vamos a muchos lugares diferentes que no hemos acudido hasta ahora y creo que se va a disfrutar mucho", ha contado a Efe Chicote sobre esta nueva entrega.

En el programa de este jueves visita un "barco restaurante" que tendrá que reflotar, y continuarán la temporada visitando un cámping y un restaurante de despedidas de solteros y solteras que también da bodas. "De hecho, vamos a dar una boda", apunta el cocinero.

Otra de las novedades de esta nueva edición es que el programa viajará a Utrecht (Holanda), para ayudar a al restaurante flamenco, 'Ele', cuyo propietario es paraguayo, pero que es "de flamenco del nuestro", puntualiza Chicote.

Pero si por algo el cocinero madrileño cree que es la "mejor" temporada es también por el "enorme nivel de implicación" del equipo del programa en estos nuevos casos que le han planteado profesionales al borde del cierre. Algo que le ha llevado, "casi, casi" a querer "inmolarse" ante cocineros, camareros o jefes de sala que le hacen tirar de grandes dosis de paciencia para no dar el caso por perdido.

"Nosotros lo que hacemos es ofrecer una oportunidad a quien nos lo está reclamando. No entramos en un restaurante sin ton ni son, vamos con una premisa fundamental: que los propietarios reclaman nuestra ayuda", destaca el presentador del programa. Y los motivos para que soliciten esta asistencia televisiva pasan, como expresa el chef, por "falta de profesionalidad o sentido común".

"Estoy convencido de que gracias a 'Pesadilla en la cocina' hay mucha gente que antes de montar un negocio de hostelería se lo piensa, porque esto no es tan sencillo. Pero también hay mucho público que visita restaurantes que funcionan de maravilla y gracias a este programa se dan cuenta de que este no es un sector tan sencillo como pensaban", matiza.

Según ha confesado también, la suciedad no es uno de sus mayores enemigos en 'Pesadilla en la cocina', sino aquel profesional que "piensa" que una cocina es "un espacio sucio por naturaleza". "La mayoría de las veces la suciedad es consecuencia de dos cosas, de un criterio no adecuado y del desinterés o la desgana al ver que su negocio no va bien, y cuando te quieres dar cuenta, te come la mierda", concluye.