A Miguel Ángel Muñoz (Madrid, 1983) le gustan los retos. El último ha sido presentarse a 'Masterchef Celebrity' (TVE-1) sin saber cocinar y alzarse con el triunfo. Durante el concurso se ha caracterizado por su capacidad de trabajo y su compañerismo. Su gran acierto fue un cocido en texturas, y un medallón de fuagrás su gran error en la final. El mismísimo chef José Andrés asegura que podría trabajar en su restaurante.

¿Cómo logra ganar 'Masterchef Celebrity' alguien que solo sabía hacer perritos calientes y tortilla de patatas? Dedicándole siete días a la semana, siete semanas, entre siete y nueve horas al día. No hacía más que cocinar. Para mí era como prepararme el personaje de la película más importante de mi vida.

¿Es cuestión de pasión, de constancia? Sobre todo de capacidad de trabajo y ganas de aprender. Cuando me planteo un reto, le dedico todas las horas del mundo. La experiencia me ha enseñado que todo en la vida es posible si uno lo sueña, le pone ilusión y le dedica las horas necesarias de trabajo.

Con el alto nivel del concurso, ¿no temía hacer el ridículo? Sabía que era el peor, con diferencia, pero que no haría el rídiculo. Si pasaba la primera semana, serían mucha horas de clases. Y como conozco mi capacidad de aprendizaje...

Eso exige mucha concentración. Sí. Desde hace unos cuantos años practico yoga, lo que me ayuda a tener ese hábito. Y también he corrido la Maratón de Nueva York, y ahí, si no tienes la cabeza muy preparada, por mucho que hayas entrenado el cuerpo...

El durísimo Jordi Cruz dice que, después de los niños, es el concursante que más gratamente le ha sorprendido. Al final, aparte de que el menú de Cayetana y el mío eran extraordinarios, premiaron el partir de cero. Porque yo no sabía ni qué era un sofrito. Además, Jordi es un tipo que ha luchado mucho y el cocinero más joven en conseguir una estrella Michelin, por lo que se identificaba conmigo.

El duelo final fue reñidísimo. ¿Lo vivió con tensión? Yo era feliz con llegar hasta ahí y poner en práctica todo lo aprendido. Y demostrarles a Gerónimo y Alejandro que el tiempo que habían dedicado a ayudarme había servido para algo. Pero ni oí mi nombre. Me di cuenta de que había ganado cuando les vi a ellos y a mi tata Luisa alegrarse y llorar.

¿Y cómo llevó que su rival fuera Cayetana? Maravilloso. Yo quería llegar hasta ahí con ella. Desde el principio fuimos de la mano. Nos hacíamos llamadas a las tantas de la madrugada para comentar lo que ensayábamos. Habría firmado un empate y que nos lo pasáramos muy bien en la final.

¿Y el pique con Fernando Tejero? Para mí fue muy divertido. El programa no habría sido lo mismo sin el toque de humor de Fernando y Loles León.

Hasta en el duelo final ha demostrado su exquisito 'fair play'. Soy muy competititvo y me gusta mucho superarme, pero compito conmigo mismo. Y si puedo ayudar a una persona en medio de la competición, lo hago.

El fuagrás le encanta, pero casi le arruinó un plato y... el triunfo. ¿Le crea ahora indigestión? No, me seguirá gustando. Es que me vine arriba porque quería utilizar el soplete. Pero el medallón de fuagrás era excesivo.

Se le veía seguro de sus platos, pero la crítica del jurado le descolocó. Si la final fuera un partido de fútbol, el primer plato era un 1-0 a mi favor y con el segundo, un 1-1. Porque el fuagrás me hizo que el plato no fuera tan espectacular.

¿Se siente orgulloso del cocido en texturas? Sí, porque es uno de mis platos favoritos, y el favorito de los que cocina mi madre. Poder aplicar en él las técnicas aprendidas y que me saliese tan bien, fue una maravilla.

¿Cómo le quedó el cuerpo cuando el chef José Andrés dijo que podría trabajar en su restaurante? No daba crédito. Que me venga a ver cocinar y me eche ese piropo... Cuando vaya a EEUU, le visitaré para meterme en su cocina.

A su tata Luisa se le veía feliz. Sí. Ha sido 'trending topic'.. Se ha convertido en la tata de España. A su edad (tiene 92 años) , regalarle estos momentos no tiene precio.