Tras su paso por 'OT 2018', el catalán Miki Núñez, de 23 años, salía elegido para representar a RTVE en el festival de Eurovisión. Él, además de ganar, claro, espera llevar con 'La venda' el buen rollo a los hogares europeos. Y es que este chico que iba para maestro tiene la cabeza muy bien amueblada, y sabe que el festival es un escaparate del que se llevará una gran experiencia. Aunque sentirá que ha triunfado cuando logre que sus propias canciones hagan reír o llorar a quien las quiera escuchar.

Decía que también le habría gustado ir de dúo con Natalia.

Sí. Así se repartiría un poco más la responsabilidad. Pero estoy encantando igualmente.

¿Un catalán y una navarra de nuevo? Nos repetiríamos.

(Ríe). Sí, como Alfred y Amaia. Habría estado guay.

Se pensarán en Europa que Miki es un nombre común aquí...

¿Por el otro Micky que fue a Eurovisión? Iba con una armónica, ¿no? ¿Fue hace 42 años? 'Casi ná'.

La de la armónica era otra canción. Él humildemente pedía: "Enséñame a cantar". Y quedó noveno de 18. ¿Se conformaría con ese puesto?

Hay que conformarse con ganar. Pero yo voy allí a compartir música, a participar y a dar lo mejor de mí, aunque obviamente, cuanto mejor quedemos, mejor. La experiencia tiene que ser increíble.

Pasa de estar encerrado tres meses en la Academia...

A estar abierto a Europa.... Y más allá.

¿La canción está hecha a su medida?

Yo creo que sí. La Pegatina me gusta muchísimo. Aunque, obviamente, el tipo de música que yo voy a hacer no es así, pero estoy supercómodo.

¿Y qué música será la suya?

Mi idea es hacer un tipo de música que te lo haga pasar bien, pero que te haga reflexionar sobre las cosas. Mi sueño es que la gente llore con algo que yo he escrito, porque yo he llorado con ello. O que ría con algo con lo que se sienten identificados.

Por cierto, ¿cómo va el disco?

Me están ayudando a componer muchísimo. He pensado en colaborar, (cantar o cocomponer) con Nil Moliner, Arnau Griso, Alfred, La Pegatina, Charango... Ojalá pudiese conocer más a Antílopez, que vino a la Academia, Green Valley... Quiero coger un poco de ellos para hacer mi verdad y estilo.

Buenafuente le ha dedicado un monólogo.

¡Sííííí! Que Andreu Buenafuente hable de mí, para comenzar ya es algo enorme.

Y dijo que lo iba a petar en las fiestas patronales. No creo que eso le moleste...

Yo, encantado de la vida. En las fiestas patronales... y en Eurovisión.

El buen rollo no faltará.

Mi canción es de transmitir buenrollismo y un mensaje potente de ánimo. Lo que intentaré es que en Europa canten y bailen conmigo. Y se levanten del sofá. Ojalá tuviera una camarita pequeña en cada casa de Europa para poder ver qué pasa cuando canto.

Aunque no entiendan el español, el buen rollo es internacional.

Claro, además tiene 'hooks' (ganchos). "La venda ya cayó ooooo". Y: "Lo que 'ere'". Es muy fácil de cantar, aunque no sepan español.

Hay quien dice que no es eurovisiva. Pero ¿se conoce la fórmula del éxito?

Al menos es una canción diferente. No se ha llevado mucho este tipo de música. Y anima mucho a la gente. Si la fórmula es pasarlo bien y disfrutar, la tenemos.

¿Y si le hubieran compuesto un reguetón para el festival?

Lo defendería a muerte. Solo que hubiera un autor que hubiera pensado en ti... Te puede gustar más o menos la canción, pero ante todo somos profesionales. Y si hemos ido a 'OT' sabíamos que podríamos ir a Eurovisión. Hay que ser profesional y defender hasta la muerte la canción.

¿La gente cree en Eurovisión?

Sí. En mi caso: ¿en qué momento vas a poder cantar delante de tantos millones de personas? Lo digo y se me sube la adrenalina... Da muchísimo respeto.

¿Ya tienen clara la puesta en escena?

Hay que transmitir, pasarlo bien y hacer un espectáculo acorde a lo que supone Eurovisión. Y la puesta en escena es muy importante. Con Adrià Salas (La Pegatina) nos enviamos wasaps y decimos: "¿Y si montamos unas vendas de las que cuelguen unas equilibristas? ¿O empezamos entre el público con una batucada?..." Se nos va la olla. Porque pensamos a lo grande. Es chulo ser partícipes.

Pero si por seguridad no se puede hacer ...

Pues no se hará. Hay que escuchar a los profesionales y a los eurofans. Porque me dan una de recomendaciones... Y yo lo agradezco muchísmo. No soy un obseso de las redes sociales, pero entro en Twitter de vez en cuando e intento escuchar a quien tiene más idea.

Le decían, tras ganar: "Ponte una camiseta sin mangas". Para complacer al sector femenino y al colectivo gay.

(Ríe) Fue superdivertido. Nunca voy a ser infiel a lo que pienso. Pero hay que escuchar a los profesionales y dejarse llevar un poco por lo que te dicen. Y me aconsejan que nos curremos mucho la cuestión de escena.

Como le pasó a Alfred, ¿sigue recibiendo críticas por ser catalán?

La gente que me critica por el mero hecho de ser catalán es que no sabe que Eurovisión va precisamente de cultura, de arte y de compartir música. Yo voy a representar a España en un festival de música. Quizá buscan la polémica.

Dice que ha recibido amenazas...

Incluso de muerte. Pero eso está a la orden del día. Es gente que no le gusto de verdad y no sabe cómo expresarlo. Es más constructivo si me dice el porqué y yo lo leeré. Si un mensaje empieza diciendo: "Ojalá te mueras...", yo ya no lo leo. Si quieres que aprenda de eso, respeto ante todo.

La música une, pero de Eurovisión se decía que había politiqueo.

Yo creo que es un festival de música, y los eurofans son mucho más inteligentes que votar a la política.

Con Famous, no hacer el ridículo con el inglés estaba asegurado. ¿Qué tal el suyo?

Yo estudio Magisterio y era profesor de Inglés de primaria en una academia de repaso. Aunque lo tengo oxidado, porque estar tres meses en la Academia, aunque había clase...

Usted no le quita valor a las pequeñas salas de conciertos...

Mis padres, como los de todo el grupo, me han llevado a conciertos y pagado locales para que pudiéramos darlos nosotros, invitando a gente, perdiendo dinero, para que hiciéramos lo que nos gustaba. Y, a veces, íbamos a tocar ante dos personas. Pues esas dos personas merecen el mismo respeto que si fueran millones, porque han pagado y se han tomado la molestia de ir a escuchar tu música.

Por suerte, sus padres le cargaban con extraescolares.

Sí. Me ha ido genial. Hubo un años que hacía taekuondo, tenis, fútbol, piano, guitarra, canto y teatro, en cinco días. Tenía tres actividades extraescolares al día. Y mis padres me hacían de taxistas. Me acuerdo de salir de guitarra y cambiarme en el coche las botas de fútbol porque solo tenía un cuarto de hora entre una cosa y la otra. Por suerte, he sido buen estudiante y podía hacerlo.

No olvida a sus padres. Ni a Dalton Bang, su grupo.

Por supuesto. Y no me imagino encima de un escenario sin los Dalton. Es imposible. No me imagino estar cantando y darme la vuelta y no ver a un guitarrista que no sea Albert o un batería que no sea Òscar. Para mí es imposible.

¿Lo peor que le podía pasar es cambiar?

Por supuesto. Y no creo que me pase. Porque no sé ser de otra manera.