"Verde como la albahaca, el trigo verde y el verde limón". Si Miguel de Molina pudiera alzar su sombrero y supiera que el color de su copla será el color del año según el instituo Pantone esbozaría una sonrisa de oreja a oreja y se plantaría una de sus famosas camisas de lunares. No es vano él fue un adelantado a su tiempo.

El Pantone Color Institute, la empresa que anualmente dicta sentencia y determina el color de moda de cada año, ha elegido para el 2017 que ya asoma ese verde amarillento, ese verde lima. "Es un color que transmite tranquilidad y esperanza", explica la empresa, sin añadir lo mucho que el mundo necesita en estos momentos estar tranquilo y esperanzado.

Pantone, fundado en 1962 y que comercializa muestras de color estandarizadas para distintas industrias, desde el textil a la decoración, reúne cada año a consultores y expertos para decidir, en base de multitud de criterios, algunos tan gaseosos como el clima político, qué color deberá mandar este curso. Es decir que además del cambio climático, la elección de Donald Trump también influye en la moda.

Igual que el 2016 ha sido el año del rosa cuarzo, el verde del 2017 no es un verde cualquiera. Es el verde Pantone 15-0343, uno que la empresa llama 'greenery' y que define como una “sombra verde-amarilla que evoca los primeros días de la primavera”. Ese tono, que se ha visto por ejemplo en los desfiles de moda de Gucci, Balenciaga y Michael Kors, por poner tres ejemplos totalmente opuestos, "emerge para confortarnos durante esta época de tumulto social y político”.

También la industria cosmética va a explotar a fondo este tono, desde las lacas de uñas hasta productos basados en extractos vegetales.

PALMERAS CARIBEÑAS

De hecho muchos diseñadores han vuelto a mirar cara a cara a la naturaleza y no es casual por ejemplo que Prada explique estos días en su cuenta de Instagram que las palmeras y la flora caribeña de la isla de Saint Bart estén inspirando los tonos y los estampados de sus apreciadas creaciones de seda. El verde militar, incluso en su faceta camuflaje, tampoco queda desterrado del panorama por mucho que algunos le hayan declarado la guerra abiertamente.

En general los colores vivos primarán sobre los tonos pastel, más apagados. Y tranquilos/as, que el rosa en todas sus tonalidades continuará viéndose mucho en las 'boutiques'y en las revistas de moda, en algún caso incluso de arriba abajo, como un 'total look', como hicieron en sus desfiles para la próxima primavera-verano Valentino y Trussardi. Mango incluso habla del 'frocking pink' y en breve colocará en sus maniquís vestidos de un magenta brillante.

SEGUIMOS CON LOS LOGOS

La pasión por los logos es una de esas muertes anunciadas que nunca acaban de llegar del todo. El lujo se vive ahora de una forma mucho más discreta que antes de que empezara la crisis, pero algunos vaya si lo viven. Y los símbolos excesivos de los 80 siguen ahora, revisitados, como auténticos objetos de deseo. Ahí está el ejemplo de Alessandro Michele, director creativo de Gucci,que ha hecho de los cinturones con la doble g de Gucci uno de esos accesorios que las revistas de moda califican de "imprescindibles". Vaya, como si no pudieras salir de calle sin ellos. Y todo eso sin bajar de los 300 euros que ya tiene mérito.

MIMANDO A LOS 'MILENIALS'

Las firmas de lujo necesitan rejuvenecerse, y eso más que una tendencia, es una necesidad, un mandamiento grabado en piedra. Pero están obligadas a hacerlo sin perder sus símbolos reconocibles, por eso nadie prescinde de sus básicos. Dolce&Gabbana, que tiene muy claro que quiere hablarle de tú a tú a los 'milenials', los nacidos con el siglo, ha agrandado sus siglas, rejuvenecido a sus modelos y apostado por una ropa que mantiene un aire de 'souvenir chic' con los símbolos italianos más socorridos, desde la pizza hasta el tomate y el aceite de oliva.

Tampoco Versace prescinde de su combinación negro y oro y de su célebre greca. Por cierto que la marca de la medusa, en un paso más después de que una versión pija del chandal y el pijama para hombre se pusieran de moda, ahora pretende que los leotardos sean lo más entre los chicos. En la nueva campaña, fotografiada por Bruce Weber, al modelo le sientan ajustaditos y genial, pero ya veremos qué recorrido tienen después en la calle.

Otra imagen que se anticipa al año que empieza y que nos sorprendió fue el desfile galáctico de Karl Lagerfeld para Chanel en el Gran Palais de París, con las propuestas para la próxima primavera. Las modelos, además de sus obligados conjuntos de 'tweed' llevaran todas gorras con amplia visera. Se van a convertir en otro accesorio destacado de cualquier 'it girl' o aspirante a serlo. En definitiva, las marcas siguen con aquello de que si no te llega para un vestido o un bolso, confórmate con el gorro y las gafas.

Algo así suscribe el joven director creativo de Loewe, Jonathan W. Anderson. "Me contrataron para rejuvenecer la marca y en eso estamos. Queremos apostar por un lujo democrático. Que entres en la tienda y si no te puedes comprar un vestido al menos puedas tener un bolso, un monedero, unas alpargatas o nuestro perfume", decía hace unos días en la tienda renovada del barrio de Salamanca, que incluye una floristería en la entrada.

NO TODOS LOS 'BLOGERS' RESISTIRAN

Las marcas explotarán al máximo en este año que empieza su tirón en las redes sociales y entre los 'influencers', intentando atraer a una clientela lo más transversal y variopinta posible. Lo que está por vivirse es una criba entre los blogueros de moda. Según reconocía Nelly Rody, al frente de una de las mayores agencias mundiales de tendencias: "Este es un fenónemo que, después de unos años, tiende a apaciguarse. No todos resistirán".

LO VEO, LO COMPRO

Este otoño Tommy Hilfiger, con la modelo Gigi Hadid como imagen de marca, ya avanzaba con un espectacular puesta en escena en Nueva York otra realidad de la industria de la moda que avanza y se consolida. La pasarela servirá también de escaparate inmediato. Las firmas no pueden esperar seis meses cuando Mango y Zara están renovando sus existencias cada dos semanas. En enero arranca de nuevo el circo de las semanas de la moda y varias firmas presentarán ropa que estará a la venta desde ese momento. Y por cierto, seguro que en todas esas pasarelas seguirán viéndose muchas beisboleras, otro de los imprescindibles. Larga vida a la 'biker'.

Y ASHLEY EN 'VOGUE'

Y el 'Vogue', ¿qué dice de todo esto? Pues lo que quieran sus anunciantes, que son en definitiva los que pagan ese bonito aparador de tendencias. Pasados los brillos navideños, con su exceso de lentejuelas y de rojo, 'Vogue' emborracha con las superposiciones, por la querencia por el punk y el rock y hablan incluso de la llegada de los volantes como remate de algunos vestidos. "Olé", diría Miguel.

La edición inglesa de la publicación es la que empieza el año haciendo más ruido que el resto, con la modelo de tallas grandes Ashley Graham en su portada. Unos comentan que ya es todo un logro que Graham se coma el terreno de las Gigi Hadid y compañía y que las 'curvis' son tendencia, pero no se engañen. La foto de Patrick Demarchelier solo enfoca su rostro y poco más. Ni rastro de una imagen de cuerpo entero. La vida bella es dura.