El rapero Ignacio José Fornés Olmo, conocido como Nach, con la colaboración del colombiano Juanes, publica Pasarán, una canción en la que visibiliza la problemática del migrante y de los desplazados. Mañana es el Día Mundial del Refugiado.

—¿Cómo surge el proyecto?

—Hacía un tiempo que le daba vueltas a la canción y en una cena conocí a Juanes. Se lo comenté y enseguida se entusiasmó con la idea. No tenía en mente que él colaborara en un principio, pero me pareció que era una letra y un combo con el que podíamos hacer algo muy bonito. Luego, él desde Miami y yo desde España le fuimos dándole forma. Finalmente, coincidiendo con un concierto de Juanes en Canarias, rodamos el videoclip.

—¿Y la colaboración con Acnur?

—Queríamos poner en el vídeo imágenes reales de refugiados que pusieran en contexto la canción. Contactamos con Acnur y se mostraron encantados en facilitarnos las imágenes y plantearon la posibilidad de seguir colaborando juntos. Estoy feliz de que así sea.

—¿Son muy malos tiempos para los refugiados?

—Son tiempos más difíciles si cabe. En esta situación del covid, imagine cómo se habrá sentido un refugiado. Su imposibilidad de moverse se ha intensificado mucho más de la que ya tenía. Son malos tiempos para las minorías, para la gente sin recursos y las personas desfavorecidas. Y eso se verá aun más agravado en los próximos meses. Hay mucha gente que sigue señalando al que no es como él como el culpable de todos sus males y eso siempre afecta a quien está en una situación más débil.

—Acnur estima que hay 79,5 millones de desplazados forzosos. Una cifra dramática.

—Y resulta más dramático cuando sabes que la mitad de esos desplazados son niños. Niños que están huyendo porque no quieren estar en una guerra en la que a dos metros hay una persona que los quiere matar. También hay otros muchos refugiados que lo son porque no ven un futuro.

—En la canción habla de tiempos callados. ¿Hay voluntad de no dar voz a los refugiados?

—Son tiempos que se callan muchas cosas porque se sesga información, se confunde y el que no tiene poder y fuerza le resulta difícil alzar la voz. Pero hay una sociedad que está usando las nuevas tecnologías a favor de las personas y enfatizando la empatía hacia los otros y el crear una sociedad más justa. Y sobre todo hay una generación que se está cuestionando el modelo actual de sociedad.

—«Deje de contar miserias y pase a contar futuros». Es una esperanza de una sociedad más tolerante, pero con mandatarios como Trump eso se aventura muy complicado.

—Sí, pero también tiene que ser un objetivo común de mirar hacia adelante de una manera más cabal. Lo que pasa es que la extrema derecha hace mucho ruido. Es un discurso rompedor, populista y al final esas frases simples arraigan en una parte de la población. Pero también hay muchos ciudadanos que piensan de una manera muy distinta y que al final van a tener más peso.