Carmen Franco, única hija del dictador Francisco Franco, fallecida ayer en Madrid a los 91 años, será enterrada en la cripta de la catedral de la Almudena junto a su esposo, Cristóbal Martínez-Bordiú, marqués de Villaverde, según informó a Efe la hija mayor de ambos, Carmen Martínez-Bordiú. La duquesa de Franco murió en su domicilio de la madrileña calle de Hermanos Bécquer a consecuencia de un cáncer terminal que le fue diagnosticado este verano.

«Aquí estoy, dispuesta a recibir aquello que venga, sin lágrimas; no tengo miedo a nada, ni tan siquiera a la muerte, la he visto de cerca muchas veces y la conozco perfectamente». Así hablaba la propia Carmen Franco en el final de la biografía que la periodista Nieves Herrero ha publicado recientemente. De lo que no habló es de la herencia que deja la que fue, hasta que un cáncer terminal detectado el pasado verano acabó ayer con su vida a los 91 años, la única hija de Francisco Franco y Carmen Polo.

Calcular la cantidad que ahora los Franco han de repartirse resulta difícil, pero hay quien habla de más de 500 millones de euros. Desde que la edad hiciera inviable que Carmen se hiciera cargo de todo su patrimonio y esa responsabilidad comenzase a recaer en sus siete hijos, mucho se ha especulado sobre cuánto tiene la familia Franco. Se trata de bienes inmuebles, acciones, sociedades anónimas y cuentas bancarias. Por algo, la hija más mediática, Carmen Martínez-Bordiú, reconocía en el plató de Sálvame deluxe hace unas semanas: «No he trabajado en mi vida. Sé gastar dinero, pero no ganarlo».

‘LOS FRANCO S. A.’ / Quien intentó cuantificar el patrimonio de los Franco es el periodista Mariano Sánchez Soler, quien en su obra Los Franco S. A. hizo el estudio más exhaustivo hasta la fecha de la fortuna de la familia del dictador. «Lo que se conocía en 1975 se cifró en mil millones de pesetas, pero en 1987, en una de las amnistías de entonces, salió a flote la empresa Comercial Flores, una compañía enorme que era una sociedad instrumental de la que surgieron propiedades inmobiliarias sumergidas como áticos, apartamentos de lujo, aparcamientos... Eso es muy difícil de valorar. Yo traté de hacer una estimación simbólica de lo que supone estar 40 años recibiendo regalos que se traducen en dinero, pero fue imposible», ha explicado el escritor al digital Look.

Sánchez Soler insiste en apuntar que todo lo obtenido por el dictador en su día fue legal. «Sí, en una legalidad franquista fruto de una guerra civil, pero legal al fin y al cabo. Otra cosa es que no se entiendan los privilegios de los que gozó la familia tras su muerte», explica.

El pazo de Meirás, que el ayuntamiento coruñés de Sada pretende recuperar, es una propiedad objeto de polémica. Pero hay muchas más. El número 8 de la calle de Hermanos Bécquer de Madrid es la joya de la corona de todo el entramado inmobiliario del que dispone la familia Franco. Se trata de un inmueble señorial, ubicado en el barrio de Salamanca, del que Carmen Franco era dueña en su totalidad. Allí tienen su sede algunas de las sociedades de la familia y ahí es donde ha fallecido.