Gloria Vanderbilt, la heredera de una de las más familias más poderosas de Estados Unidos, además de actriz, artista, escritora, icono de la moda y socialité, ha fallecido a los 95 años. Nieta de Cornelius Vanderbilt, el millonario que se encargó de extender el ferrocarril por todo Estados Unidos, El hijo de Cornelius y padre de Gloria murió alcoholizado cuando ella era apenas un bebé y quedó a cargo de su madre, que frecuentaba la alta sociedad junto a su hermana gemela, amante del Príncipe de Gales.

Cuando cumplió los 10 años, su tía paterna, la fundadora del museo Whitney de Nueva York, pidió su custodia en los tribunales, temerosa de lo que su excuñada estaba haciendo con la fortuna de la pequeña. El caso fue seguido por la prensa y la sentencia solo permitía a la niña ver a su madre durante los veranos.

"Gloria Vanderbilt era una mujer extraordinaria que amaba la vida y la vivía en sus propios términos", aseguró su hijo el escritor Anderson Cooper y una de las caras visibles de la CNN. "Qué vida extraordinaria. Qué madre extraordinaria. Qué mujer increíble". Vanderbilt nunca interrumpió su relación más duradera, la que mantuvo con los medios de comunicación, que fueron siguiendo todas las etapas en la vida de la llamada pobre niña rica.

La heredera de los Vanderbilt fue fundadora de la marca que lleva su nombre. Estuvo casada cuatro veces y se le adjudicaron romances con Marlon Brando, Howard Hughes, Roald Dahl y Frank Sinatra. Los gacetilleros de la época dorada de Hollywod vieron cómo Gloria se hacía un hueco en las fiestas y mantenía romances con hombres mucho mayores que ella, como Howard Hughes y Errol Flynn.

A los 17 años se casó con el representante Pat DiCicco, que la sometió a malos tratos. Antes de divorciarse, Vanderbilt ya había conocido al que sería su segundo marido y padre de sus dos hijos mayores, el director de orquesta Leopold Stokowski, casi 40 años mayor que ella, del que se separaría tras mantener un romance con Frank Sinatra. Por entonces, apareció brevemente en Broadway. Sin embargo, era mucho más conocida por su frenética vida social.

10 MILLONES DE TEJANOS

A mediados de los setenta, divorciada ya de su tercer marido, el cineasta Sidney Lumet, lanzó una colección de vaqueros. Cada par llevaba bien visible un cisne y su propia rúbrica bordada. Hasta entonces, los tejanos habían sido una prenda utilitaria que a nadie se le había ocurrido promocionar como un objeto de lujo. Hacia finales de la década, se vendían unos 10 millones de jeans Vanderbilt al año y la marca se expandió como uno de los primeros imperios de estilo de vida, con un catálogo que incluía fragancias, vajillas y ropa para el hogar.

Casi todo se esfumó tan rápido como llegó: Vanderbilt, que vendió los derechos de su propio nombre en 1987 al grupo Murjani, inició una batalla legal con los socios de su empresa y contra su abogado, que la habría estafado. Aunque los tribunales le dieron la razón, la millonaria descubrió que debía millones de dólares en impuestos atrasados y se vio obligada a vender su casa de veraneo en los Hamptons y su piso de Nueva York.