Nick Gordon, responsable de la muerte en el 2015 de su novia, Bobbi Kristina Brown, la única hija de la leyenda del pop estadounidense Whitney Houston, fue encontrado muerto el día de Año Nuevo, como confirmó a la revista People su hermano pequeño, Jack Walker J.

«Estamos devastados por la pérdida de mi hermano», comienza el escrito del hermano. «Deja un vacío en los corazones de la familia y de sus amigos. La batalla de Nick en la vida no fue fácil. Estaré eternamente agradecido de que Dios me haya brindado un pequeño momento al final de la vida de Nick, y pude sostener su mano mientras se iba», dice el texto. Gordon murió a causa de un ataque al corazón provocado por una sobredosis. Fue trasladado de urgencia al hospital, donde al final murió.

cÓctel de drogas / La muerte de Gordon sucede cuatro años después de la muerte de su novia, Bobbi Kristina Brown, que falleció en julio del 2015, a la edad de 22 años, después de haber ingerido un «cóctel tóxico» administrado por su novio en la casa que ambos compartína en Atlanta. Las drogas la dejaron inconsciente, y Nick trató de reanimarla hundiendo su cabeza en una tina de agua fría, lo que le causó un daño cerebral irreversible. Pasó sus últimos seis meses en coma, en un centro de cuidados paliativos. Los médicos forenses no pudieron determinar la naturaleza accidental o intencional de la muerte. Pero lo que sí aclaró la autopsia es que Kristina había consumido alcohol, morfina, cocaína y marihuana antes de su muerte.

En noviembre del 2016, un juez civil estadounidense condenó a Nick Gordon a pagar 44 millones de euros en daños a los administradores de la herencia de la joven. Según la denuncia presentada por este último, Gordon le había gritado durante un ataque de celos la noche de su muerte. La desaparición de Kristina marcó una trágica repetición de la muerte de su madre, Whitney Houston, encontrada muerta en la bañera de un hotel en Beverly Hills en el 2012. Tenía 48 años.

El abogado de Nick Gordon no quiso entrar a comentar las circunstancias de la muerte de su cliente, pero sí que tuvo unas palabras de recuerdo para el fallecido: «Puedo decir honestamente que trabajó duro para mantenerse sobrio. Anhelaba una vida feliz».