La batalla planteada en los tribunales belgas por Delphine Böel, que quiere demostrar que es hija ilegítima del rey emérito Alberto II, padre del actual monarca, ha tenido resultado. La corte de apelación de Bruselas ha condenado a Alberto II a pagar una multa de 5.000 euros diarios si no accede a realizarse una prueba de ADN para esclarecer si es el padre de Böel.

Ahora será un experto quien deberá convocar al rey y fijar una fecha para la prueba. Si el monarca, que abdicó en el 2013, no se presentara a la cita, entonces empezaría a correr la multa. Los resultados de la prueba, en todo caso, se mantendrán de momento en secreto hasta que la corte de apelaciones llegue a una decisión sobre el recurso presentado en octubre de 2018 por Alberto II, tras una primera decisión de la corte que le ordenaba someterse a una prueba de ADN durante los tres meses posteriores a esa sentencia. La existencia de Delphine se conoció por primera vez en 1999 a través de una biografía de la reina Paola.