150 euros. Esa es la cifra que habría pagado José Luis Abad, el fotógrafo fallecido el 28 de julio del año pasado en la casa de campo de Nacho Vidal a las fueras de Enguera (Valencia), para que la estrella retirada del porno, reconvertido según sus propias palabras en «terapeuta espiritual», lo sometiese presuntamente a una sesión depurativa con veneno de sapo bufo, informa el diario Levante-EMV, del grupo Prensa Ibérica.

Los investigadores del equipo de la policía judicial de Játiva llegan a esa conclusión a partir del testimonio de un allegado de la víctima. Nacho Vidal, sin embargo, ha afirmado desde el principio que José Luis Abad se había sometido voluntariamente al ritual y que él le había ayudado de manera desinteresada. Es más, afirma que después iban a comer juntos, pero los investigadores afirman que no fue «una reunión de amigos» porque, inciden, Abad ni siquiera era amigo del actor.