José Antonio Félez, uno de los productores de cine con más músculo de España, llamó un día a uno de sus directores de cabecera: Alberto Rodríguez ('La isla mínima', 'El hombre de las mil caras'). "¿Tienes algún guion entre manos? Movistar+ está buscando series", le dijo. "Rafael [Cobos] y yo estamos pensado en escribir algo sobre Sevilla en el siglo XVI. Pero preferimos cine, no televisión", le contestó el director. La respuesta fue tajante: "Movistar ofrece libertad y cero presión". El resultado de esa conversación es 'La peste', serie estrella del canal de pago (disponible desde el pasado 12 de enero). Un peliculón de seis capítulos y de 10 millones de presupuesto presentado por todo lo alto en el último festival de cine de San Sebastián.

'La peste' ofrece personajes complejos y tensión argumental. Narra la vida de un hombre (Pablo Molinero) buscado por la Inquisión por imprimir libros prohibidos. Le apresan y le prometen la libertad a cambio de que resuelva una serie de crímenes con tintes diabólicos que asolan la Sevilla del siglo XVI, urbe azotada por la peste negra.

Para emprender la tarea, el protagonista acudirá a un viejo amigo (Paco León), un tipo de pasado oscuro que ha conseguido vivir como un noble. La religión, la sodomía, la esclavitud, el maltrato infantil y la indigna vida de las mujeres pueblan una serie cuidada hasta el mínimo detalle cuyo protagonista es, de momento, un desconocido en la industria. Apunten su nombre porque oirán hablar mucho de él: Pablo Molinero (Castellón, 1977).

Usted viene del teatro. Estudié Filología inglesa, aunque nunca me he dedicado a ello. Desde siempre mi mundo ha sido el teatro. Vivo en un pueblo de Girona y allí formo parte de una compañía que se llama Los corderos. Hacemos teatro físico, nosotros lo llamamos bastardo, que está muy relacionado con la danza y las acrobacias. Llevamos 13 años.

En su currículo hay algún corto y alguna película. 'Terrados', 'Aquitania'. También una serie diaria en Canal 9 y algún telefilme. Nada de la envergadura de 'La peste'.

Eva Leira y Yolanda Serrano, dos de las directoras de casting más importantes de España, le localizan y le fichan. Qué mujeres tan valientes. Fueron ellas las que vinieron a buscarme. Tiempo atrás hice una prueba con ellas para un papel que no salió. Me volvieron a llamar para La peste. Hice unas pruebas nada fáciles. Hasta que Alberto Rodríguez no lo aprobó no estuve dentro. Pero la apuesta fue de ellas.

¿'La peste' marcará un antes y un después en la pequeña pantalla española? No soy el más indicado para contestar, es algo que corresponde a los críticos. Pero es verdad que tiene una factura diferente. Lo notas solo con ver el tráiler. El vestuario, la luz, los decorados, el maquillaje... Menudo empaque. Hemos intentado hacer algo con ambición de cine. Eso marca la diferencia.

¿Qué ha aprendido de Alberto Rodríguez? Me pedía mucha contención, pero con enjundia. Yo vengo del teatro físico, algo muy expresivo. Y él me pedía mesura hasta en los gestos. Ha sido una clase magistral constante. Los ensayos fueron duros hasta que encontré el tono. No estaba acostumbrado a eso, me sentía como en un laboratorio. Cuando di en el clavo, entendí esa famosa expresión de menos es más.

Su personaje dice mucho con sus silencios. ¿Cómo lo define? Como alguien que no encuentra su lugar en el mundo.

Un tipo noble. Con buen fondo y principios honestos. Deja el Ejército y se acerca al mundo de las artes. Por eso, tiene una imprenta. No traiciona nunca a sus amigos. Vuelve a Sevilla a rescatar al hijo bastardo de su mejor amigo. Su mente inquieta le convierte en un buen investigador, pero, por dentro, sufre cierto infierno espiritual que le hace, por ejemplo, cuestionarse la figura de Dios.

Pablo Molinero, junto a Paco León, en un fotograma de 'La peste' / MOVISTAR+

Eva Leira y Yolanda Serrano son las responsables de grandes descubrimientos, como Dani Rovira, Quim Gutiérrez y María Valverde. ¿Se ve entrando en esa liga? El futuro está por escribir. Vitalmente estoy en un momento de cambio. Acabo de tener una niña.

Enhorabuena. Gracias. Nació durante el rodaje y ya tiene nueve meses. Estoy abierto a lo que pase. Siempre me ha gustado el mundo audiovisual, aunque mi energía siempre ha sido para el teatro. La peste es un golpe de suerte y quizá me surgan oportunidades para más proyectos. Pero, vamos, no voy a cambiar mi vida.

Es la primera vez que la prensa le entrevista. Sí, supongo que con el tiempo aprenderé a llevar esto. Estoy nervioso porque no sé si estoy contestando lo que los periodistas me piden o si mis respuestas tienen gancho. Ya cogeré experiencia con el tiempo.

¿Es espectador de series? No especialmente, porque me da rabia que las cosas se alarguen tanto. Sí que me gusta mucho 'True detective' y 'Black mirrow'. También vi, en su momento, A dos metros bajo tierra.

Fotograma de 'La peste' /MOVISTAR+

Véndame 'La peste'. Es un peliculón. Una serie arriesgada, de calidad y con un nivel de exigencia bárbaro. Hasta el último detalle está mimado. Estamos en el siglo XVI, pero el foco lo hemos puesto no en las aventuras palaciegas, sino en la gente de la calle.

Tipos que no salen en los libros de Historia. Eso es. Contamos la intrahistoria. Y eso es un valor, lo que más puede empatizar con el espectador. Además, la acción es trepidante. Hay ritmo e intriga y no te esperas los derroteros por lo que va. Es elegante y sobria. De acuerdo con que es una gran producción, pero no hay nada grandilocuente ni pomposo. No estamos en momento de fallas ni de tracas, a pesar de tener un presupuesto importante.

Diez millones de euros. Parece mucho, pero es lo que se necesitaba para contar esta historia. En La peste hemos trabajado muchísimas personas. Muchísimas.