Al mismo tiempo que Tel Aviv ultima toda la parafernalia y la organización del Festival de Eurovisión, que se celebra del 14 al 18 de mayo, las fuerzas de seguridad de Israel se prepara para intentar abortar las anunciadas manifestaciones públicas de los palestinos, el gran problema político, social y económico de la zona.

Cuando el año pasado Israel ganó el Festival, y fue automáticamente seleccionada para organizar la siguiente edición, en la que participan representantes de 41 países, también comenzó la campaña denominada BDS: Boycott, Divestment, Sanctions (Boicot, Desinversión, Sanciones). El primer objetivo de este movimiento fue presionar a los gobiernos de los países participantes, y a sus artistas, para que no concursasen. Por el momento, ninguno ha respondido a la llamada.

También existe la posibilidad de que la retransmisión televisiva del certamen sea el momento perfecto para que los activistas de esta campaña se manifiesten ante los millones de espectadores que seguirán el espectáculo.

BDS argumenta que participar en el Festival en Tel Aviv equivale a "blanquear a través del arte" las políticas represivas de Israel hacia los palestinos en la franja ocupada Cisjordania y Gaza. BDS, que nació en el 2005 y está dirigido por activistas palestinos, se presenta como un movimiento global para presionar a Israel a que ponga fin a la ocupación de los territorios palestinos.

La organización del certamen en Tel Aviv reconoce que no se sabe qué puede pasar, pero los informes que manejan señalan la posibilidad de que los activistas intenten interrumpir el 'show', o que alguno de los participantes prepare una protesta en el mismo escenario.

"Este es un espectáculo muy importante", ha reconocido a la agencia Reuters Tzahi Gavrieli, jefe del grupo de trabajo anti-BDS del gobierno israelí en el Ministerio de Asuntos Estratégicos. "Es un tema de imagen internacional, y hay clara una intención de desprestigiarnos".

Esta preocupación de Israel por abortar cualquier imagen negativa ha hecho que el presupuesto en seguridad del certamen represente el 10% del total del Festival, una cifra inusualmente alta, según reconocen los organizadores.

Israel, que afirma que algunos activistas del boicot incluso piden el desmantelamiento del propio Estado judío, ha organizado una potente estructura para anular el movimiento BDS. Así, ha llegado a acusar a algunos partidarios de esta campaña de ser antisemitas o de tener vínculos con grupos violentos, como Hamas y el Frente Popular Por la Liberación de Palestina.

Los líderes del BDS han rechazado estas acusaciones y afirman que su campaña es un movimiento de protesta no violento que se opone a todas las formas de discriminación, incluido el antisemitismo, y niegan tener vínculos con grupos militares.

GUERRA EN LAS REDES

En las redes sociales, los activistas propalestinos han instado a sus seguidores a "unirse para interrumpir el último truco de relaciones públicas de Israel", y piden participar en una "Semana de Acción contra la Eurovisión en Tel Aviv". En esa semana se organizarán "protestas y acciones ruidosas, visibles, masivas y no violentas".

El pasado jueves, 2 de mayo, el grupo antiBDS afirmó que los activistas utilizaban 232 cuentas de Twitter falsas (con 'bots' y 'trolls'), que buscaban desprestigiar el certamen musical. Pero desde el BDS lo han negado y consideran que son "mentiras de propaganda" destinadas a encubrir "los crímenes de guerra de Israel contra los palestinos y el sistema de ocupación militar de hace décadas".

"Esta edición de Eurovisión será recordada (...) como un fracaso total para la maquinaria de propaganda de Israel", ha asegurado Alia Malak, de la Campaña Palestina contra el Boicot Académico y Cultural de Israel, grupo que forma parte del BDS.

Desde Twitter han confirmado a Reuters que se habían "suspendido un pequeño grupo de cuentas por violar las reglas regulares de 'spam'".

CONTROL DE LAS CANCIONES

Por su parte la Unión Europea de Radiodifusión (UER), que dirige el Festival de Eurovisión, está analizando las letras de todas las canciones de los concursantes para que no haya mensajes políticos, algo que está prohibido en las bases del certamen. Este control es habitual en todas las ediciones.

Eurovisión está promocionando el Festival con el lema "Atrévete a soñar". En su página web se explica el eslógan y el logo del certamen "simbolizan la inclusión, la diversidad y la unidad que marcan los valores fundamentales del Festival". Un mensaje que comparte Netta Barzilai, ganadora el pasado año en Lisboa con la canción 'Toy'.

"Estar en el mismo escenario, sin importar cuál sea su religión, su origen étnico, su color, de todos estos países, de todas estas culturas unidas..., Este es un festival de la luz", dijo el pasado lunes en Jerusalén la cantante.

Los palestinos buscan crear un estado en Cisjordania y la Franja de Gaza, con Jerusalén oriental como su capital. Más de 400.000 colonos israelíes viven en Cisjordania, en asentamientos que los palestinos y muchos países consideran ilegales en virtud de las convenciones de Ginebra, que prohíben asentarse en tierras ocupadas en la guerra.

Pero Israel considera que es imprescindible controlar esta zona, por seguridad.